China ha logrado evitar lo peor pero así y todo las cifras no dejan de ser inquietantes. El Banco Central de China publicó ayer sus cifras de crecimiento que dieron un ambiguo suspiro de alivio. Por un lado, China creció más de lo que esperaba el mercado: un 7,4 por ciento frente al 7,3 por ciento diagnosticado. Una décima muy importante para una economía que se acerca a los 10 billones de dólares anuales. Por otro lado, China volvió a confirmar sus angustiantes niveles en la caída de la inversión en activos fijos. El avance del 7,4 por ciento para los primeros tres meses del año fue el más reducido de los últimos 18 meses. El volumen total del Producto Interno Bruto alcanzó los 2,07 billones de dólares. La moderación en el ritmo de crecimiento ha sido impulsada por el propio gobierno que busca evitar un aterrizaje violento y se la juega por una desaceleración controlada. Si bien esto ha evitado una caída más violenta en el PIB, la desaceleración resulta incuestionable. La caída en la inversión en activos fijos llegó al 3 por ciento en los últimos 12 meses y al 17,6 por ciento anual, muy por debajo del 20,6 por ciento de hace un año.
Caída en la inversión
Esta caída de la inversión es lo suficientemente elocuente como para demostrar que la economía china seguirá en descenso durante el resto del año. Y esta caída cuenta con el patrocinio del gobierno que no está interesado en aplicar planes de estímulo como los realizados en el período 2008/2009. Estos planes tuvieron desagradables efectos secundarios dado que aliviaron los problemas de la banca pero incubaron la banca en la sombra que dio gran protagonismo al hinchamiento de las burbujas crediticia e inmobiliaria.
Si bien el gobierno chino trata de dar a conocer que la situación está bajo control al dar una cifra de crecimiento del PIB del 7,4 por ciento, la realidad es un poco más compleja. A medida que la inversión en planta, maquinaria e infraestructura se reduce, se anticipan descensos futuros en el crecimiento. La Oficina de Estadísticas indicó que el crecimiento está en un rango apropiado dado que China busca cambiar su modelo de crecimiento. En vez de crecer por la vía de las exportaciones y el comercio internacional, China quiere crecer por la vía de la demanda y la producción interna.
Una vez más, ha sido el pinchazo a la burbuja del crédito fácil la que está lastrando el crecimiento y la inversión en China al ritmo más lento de la últimas dos décadas. Las ventas de propiedades se contrajeron un 5,2 por ciento en el primer trimestre de acuerdo a los primeros tres meses del año pasado, mientras que los nuevos proyectos inmobiliarios se desplomaron un 25,2 por ciento respecto al mismo período del 2013.
El actual ritmo de crecimiento y el debilitamiento del mercado inmobiliario puede erosionar la meta oficial de crecimiento establecida por el gobierno en el 7,5 por ciento para este año. Un crecimiento de 7,5 por ciento genera 10 millones de puestos de trabajo y un crecimiento por debajo del 7 por ciento podría causa un alto desempleo. Las magras cifras advierten el cambio de tendencia y habrá que buscar el equilibrio adecuado entre un apoyo específico al crecimiento y las reformas económicas de fondo que China debe realizar. Si algo tiene en claro el gobierno chino es que esta vez no habrá que correr con planes de estímulo masivos como los impulsados en 2008/2009. La perversión del dinero en manos de la banca no solo hinchó una gran burbuja crediticia, sino que disparó la deuda pública y la capacidad industrial a límites insostenibles.
En El Blog Salmón | La burbuja financiera china ha estallado y se encuentra en pleno desarrollo Más información | Wall Street Journal, El Confidencial, Business Insider