El Estado ha cancelado la última subasta de deuda que tenía programada para este 2021 que ya se acaba. Después de que la UE inyectara en nuestra economía 10.000 millones de euros procedentes de los fondos 'Next Generation', la vicepresidenta Calviño anunció que con lo que ha habido es suficiente.
Así, España ha obtenido este año 75.000 millones procedentes de los mercados en concepto de deuda, un 25% menos de lo estimado a principios de 2021. Algo que el Ejecutivo celebra como "signo de fortaleza" de nuestra economía. Si bien, los datos de PIB no van por los mismos derroteros, al menos sobre el papel.
¿Esto qué significa? Pues que el país se está financiando por otro lado o que está logrando llenar sus arcas de otro modo. Pero también nos deja otra incógnita...¿va el PIB creciendo tan lentamente como lo pintan?
Los impuestos, al alza
Si el Ejecutivo ha decidido prescindir de la última subasta del año debe tener sus motivos. Como decíamos, debe estar obteniendo dinero para el sistema por otras vías. Y la fiscalidad parece ser una de las claves.
Según los últimos datos disponibles, correspondientes al periodo de enero a octubre de este año, se ha recaudado más impuestos que en el mismo periodo de 2019, el ejercicio que nos sirve de espejo para la recuperación, pues en 2020 ya sabemos todos lo que había.
Los ingresos tributarios son superiores en estos tres trimestres en un 3,6% al mismo periodo de 2019, es decir, unos 26.000 millones más. Un dato muy positivo, porque ese año se logró récord de recaudación.
Pero esto no se debe a que hayan subido de una forma muy fuerte los impuestos. Es cierto que se han aumentado algunos tramos del IRPF (los más elevados), pero por otro lado se ha suspendido temporalmente el IVA de la electricidad, justo cuando más se podía recaudar de ahí por el alza de los precios.
Por lo tanto, el Ejecutivo estaría recaudando más por una mejor marcha económica, sumado a un mejor cumplimiento ciudadanos, ya que el año pasado se concedieron muchos aplazamientos por la pandemia. Es decir, que los ciudadanos están en mejor disposición de pagar los tributos. Y esto no puede ser por otra causa que por la buena marcha económica.
¿Entonces qué pasa con el PIB?
Todo esto contrasta con la pobre marcha del PIB. En el tercer trimestre creció un 2%, por debajo de la media de la Eurozona, que fue del 2,2%, según Eurostat.
Este dato se suma al jarro de agua fría de la OCDE de recortar dos puntos el crecimiento de España en 2021, del 6,8% estimado en principio al 4,5% último. En 2022 también enfrió las expectativas, pasando del 6,6% al 5,5% de crecimiento.
Pero lo más chocante es que somos el segundo país de la UE que más empleo crea, con una subida de la tasa de empleo del 2,6% en el tercer trimestre, frente el 0,9% de la zona Euro.
Entonces, ¿qué está pasando? ¿Se está midiendo algo mal? ¿Se está contando toda la verdad? Los expertos económicos ya se están haciendo estas preguntas, porque con los datos en la mano, las cuentas no cuadran.
Por lo tanto, estaremos atentos a los próximos datos, los cuales pueden darnos la explicación que buscamos al flojo PIB de España. Al menos sobre el papel.