El procés se lleva por delante la economía catalana

Cataluña está viviendo unos días complicados. Tras la sentencia del procés se ha iniciado una oleada de protestas, que especialmente afectan a la capital catalana, Barcelona.

Se cierra la página del procés y se abre otra, pero no sin dejar secuelas en la economía catalana. En estos años hemos visto el deterioro del crecimiento económico, la pérdida de inversión extranjera con la salida de sedes sociales y cómo el turismo se tambaleaba en los puntos álgidos.

Vemos en las siguientes líneas cómo ha repercutido el procés en las principales magnitudes económicas.

El procés contra el crecimiento económico

Si algo se ha caracterizado al economía catalana es por un crecimiento económico sólido por encima de la media nacional gracias a una industria potente. Sin embargo, algo ha estado cambiando en los últimos tiempos.

En el año 2014, la economía española creció un 1,4%, mientras que la economía catalana crece 4 décimas más hasta alcanzar el 1,8%, posicionándose como la sexta economía entre las CCAA que más crece.

El auge de la economía española lo vemos en el 2015. Los años la economía española crece un 3,8% y la catalana le supera en 4 décimas hasta el 4,2%, situándose como la tercera autonomía que más crece.

En el año 2016, la economía española creció un 3% y Cataluña seguía liderando ese crecimiento con una tasa del 3,5%, 5 décimas más que la economía española y es la cuarta economía que más crecimiento experimenta.

En 2017, la economía española crece prácticamente al mismo ritmo que el año anterior al 2,9%. En ese año se reducen las diferencias con el crecimiento de la economía catalana a tan solo tres décimas ya que avanza un 3,2% y es la quinta economía que más crece entre las autonomías.

Como vemos, en esos 4 años analizados la economía catalana demostró su fortaleza pero en el año 2018 cambiaron los papeles.

El crecimiento económico español se moderó hasta el 2,6%. Y, por primera vez en este ciclo expansivo, la economía catalana creció por debajo de la española a una tasa del 2,3% y cayó en el ranking de las autonomías hasta ser la décima que más crece, lo que evidencia un elevado coste de oportunidad frente a su potencial.

El procés contra la inversión

Generalmente, por el efecto capitalidad que tiene Madrid, tiende a concentrar la mayoría de inversión extranjera debido al gran número de sedes sociales que alberga.

Las sedes sociales de las grandes empresas se localizan principalmente en Madrid y Cataluña. Y, entre ambas, se han llevado el 80% de la inversión extranjera del conjunto de España.

Si nos referimos a los datos de 2018, el 85% de la inversión total se concentró en Madrid frente al 6,4% que derivó para Cataluña. Esto tiene su justificación y es que los movimientos secesionistas por parte de la Institución de la Generalitat han propiciado un daño estructural, una desconfianza institucional que llevó a que un gran número de empresas trasladan su sede de Cataluña a Madrid.

El año pasado Madrid claramente se benefició del procés, con un auge espectacular de la inversión extranjera. De hecho, el descenso del 11,7% de la inversión extranjera en Cataluña no se fundamenta únicamente por el traslado de sedes sociales de las empresas, este amplio diferencial vendría dado por la paralización, el retraso o la simple cancelación de decisiones de inversión que iban destinadas a Cataluña.

Si hacemos una media entre 2014 y 2018, la Comunidad de Madrid ha obtenido el 65% de la inversión extranjera frente al 15,9% que ha recibido Cataluña. Pero si analizamos el periodo de cómo ha evolucionado la inversión extranjera en ambos territorios, los resultados son decepcionantes para Cataluña.

En este periodo, la inversión extranjera en la Comunidad de Madrid habría crecido un 115% hasta alcanzar los 39.925 millones de euros. Por el contrario, en Cataluña se ha visto reducida la inversión extranjera en un 35,6% hasta los 2.985 millones de euros.

El procés contra el turismo

Si nos ponemos en antecedentes, en 2017 -año en que se propició el referéndum ilegal y la declaración de independencia- el proceso independentista provocó pérdidas de 319 millones de euros en el sector turístico en Cataluña y un descenso medio del 9,6% de los ingresos turísticos en Barcelona en el último trimestre del año, según los datos de Exceltur.

Si miramos los datos de la evolución de los ingresos por habitación, se aprecia que las mayores caídas en los ingresos se produjeron en el mes de octubre, con una caída del 11,2% -tras el referéndum del 1-O-, y en diciembre con un desplome del 15,2% por la incertidumbre del proceso electoral.

No obstante, el turismo catalán ha demostrado una especial fortaleza y solo una coyuntura muy específica en el tiempo le ha llevado a movimientos erráticos en su dinamismo. Es más, un año después de estos datos el turismo consiguió recuperarse.

Tras el duro golpe de finales de 2017, hubo una mejora de las expectativas y el número de visitantes internacionales que visitaron la capital condal creció un 4,3% más que el año anterior. Y, a nivel de ingresos se mejoró con un avance del 6,9% frente a las cifras del año anterior.

Es por ello que las imágenes que estamos viendo estos días no favorecen a la imagen ni de Cataluña ni de Barcelona. Una tensión que no le sienta bien al sector del turismo que representa más del 10% de la economía barcelonesa.

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