La sanidad pública en España te receta Ozempic sólo si eres diabético. Sería una buena idea para frenar la obesidad creciente

La sanidad pública en España te receta Ozempic sólo si eres diabético. Sería una buena idea para frenar la obesidad creciente
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Fue un boom. Cuando corrió la noticia, muchos diabéticos españoles denunciaron que no podían acceder a su medicación, Ozempic, debido a que habían agotado existencias en 2022. Un episodio que se repitió este año, y en varias comunidades autónomas.

¿La razón? Ozempic funciona también para frenar la obesidad, y no son pocos los profesionales que han empezado a recetarlo. Para muestra, por primera vez, en los últimos cuarenta años, la curva de personas obesas mayores de 20 en EE. UU. ha empezado a descender.

De Ozempic a una generación de fármacos

En España, desde las primeras noticias, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) alertó sobre posibles desabastecimientos.

Las dos principales razones por las que Ozempic y otros medicamentos análogos del GLP-1 se han mantenido bajo prescripción médica han sido tanto por la necesidad de un control tras su uso, como con el objetivo de que pacientes con diabetes tipo 2 no se queden sin medicación para el control glucémico.

La AEMPS, además, explicó que se priorizaría (por la necesidad de un control y una periodicidad) a los pacientes diabéticos sobre otras causas, poues las personas con diabetes tipo 2 seguían escasos de suministro y no siempre se han cumplido las prescripciones prioritarias o se ha exigido la receta médica. Además, han aparecido otros compuestos, como Saxenda y Wegovy, indicados específicamente para el control del peso, y ya disponible en España.

El endocrinólogo Luis Marín explicaba para ABC: "La dieta y el ejercicio son y seguirán siendo imprescindibles. Y la única manera de frenar esta pandemia es la educación en un estilo de vida saludable desde la infancia."

Según los expertos, pese a las grandes virtudes que plantea Ozempic, tras décadas de fracasos en la lucha contra la obesidad, perder peso con medicación seguirá siendo mejor a no perder peso, pero no debería sustituir una dieta balanceada y el ejercicio físico regular.

Sin embargo, los dos grandes escollos actuales no son los resultados, sino el coste mensual del tratamiento —de media, entre 200 y 500 euros al mes— y la necesidad de asociar un cambio de hábitos para que el efecto pueda perdurar en el tiempo.

España, con sobrepeso

En nuestro país, según datos actuales, entre las personas adultas se asocia un 55,8 % con sobrepeso. Estas cifras se subdividen, a su vez, en un 18,7% de obesidad y un 37,1% de sobrepeso. La obesidad severa, además, alcanza al 4,9 % de las personas adultas.

Asimismo, en España, según los datos del Ministerio de Sanidad, la diabetes afecta a entre el 5 y el 10 % de la población general.

Con estas cifras, el uso de medicamentos como Ozempic o las nuevas alternativas comerciales que están surgiendo podrían ayudar a mitigar un gran número de casos severos, pero no es una fórmula milagro.

En un cálculo rápido, grosso modo, casi el 20 % de la población adulta corresponde a 8 millones de personas. La medicación, incluso en su coste más económico supondría unos 1.600 millones de euros mensuales de gasto público (19.200 millones de euros por año equivalen a una quinta parte del gasto público de la sanidad española).

No obstante, debe tenerse en cuenta que Ozempic u otras medicaciones efectivas para evitar obesidad en la población adulta también reducirían el gasto asociado al sobrepeso, que se estima en un 9,7 % del gasto sanitario total: en concreto, 9.400 millones de euros al año (784 millones al mes).

EE. UU. y el Ozempic

La semaglutida, es decir, el Ozempic y otros análogos del PLC-1 han ayudado a millonarios como Elon Musk y a otros tantos influencers a perder peso, generando una demanda espectacular del medicamento al otro lado del Atlántico. Y también aquí.

Esta pérdida de peso se descubrió de forma accidental, por así decirlo, cuando se comprobó que al inyectar semaglutida (una hormona que ayuda a descomponer los alimentos y convertirlos en combustible que el cuerpo puede utilizar), la hormona indica al páncreas que cree más insulina y, a la vez, reduce el glucagón, lo que controla el azúcar en sangre. De este modo, esta reacción puede dar lugar a una pérdida de peso, pero Ozempic no se aprobó nunca para este fin.

Por el contrario, medicamentos similares que surgieron poco después, como Wegovy, sí lo hicieron. Desde la AEMPS, también han probado Mounjaro, que ya ha sido aprobado y comercializado en España. En este caso, a diferencia de Wegovy u Ozempic, basados en la semaglutida, Mounjaro se basa en otro compuesto: la tirzepatida, que es un agonista de los receptores GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo 1).

Su principal diferencia, es que, en este caso, el compuesto responde también con los receptores GIP (péptido insulinotrópico dependiente de la glucosa). Los ensayos clínicos han sido todo un éxito.

El caso de Ozempic es digno de estudio, tanto por su popularidad como por la reacción del mercado.

Por ahora, sigue existiendo la necesidad de cierto seguimiento médico para adquirir los tratamientos, pero nadie se cierra a la posibilidad de ir sumando y sumando nuevos compuestos. Para muestra, CagriSema, el nuevo tratamiento híbrido que promete reducir el peso sin efectos secundarios de recuperar peso.

Quizá te estés preguntando: pero ¿tan bestia es el efecto y la revolución que ha supuesto Ozempic y todos los fármacos derivados para el sector? Cerramos este artículo con un dato: la demanda estadounidense ha supuesto el crecimiento global de la economía de Dinamarca, según explicaban en The Wall Street Journal. Hoy, la fiebre sigue.

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