El pasado viernes, nuestro Presidente del Gobierno, ha retomado la ronda de intervenciones públicas ante los inversores internacionales abierta por la Vicepresidenta segunda y Ministra de Economía y Hacienda Elena Salgado y el Secretario de Economía Jose Manuel Campa. Curiosamente, ahora, nuestro Gobierno se contradice justo en el mismo lugar, argumentando nuestro presidente que:
Sólo reduciremos el déficit cuando la economía se recupere de forma activa.
Cuando la semana anterior, Elena Salgado defendía que la reducción del déficit público del 11% al 3% podría llevarse a cabo sin grandes complicaciones.
Situaciones como las que aquí comento, más que transmitir una imagen de unidad, de coherencia y de tranquilidad por parte de nuestro Gobierno a los agentes económicos internacionales, dejan entrever la escasa coordinación y la volatilidad de las afirmaciones que este realiza.
En las declaraciones efectuadas en Londres por Zapatero tras la reunión con el Primer Ministro británico Gordon Brown, también cargó contra los especuladores, la excesiva liberalización del suelo como causante de la burbuja inmobiliaria y contra el sistema financiero, criticando a este último por el asedio al Estado español dudando de su solvencia.
Todas las especulaciones y dudas que se han vertido sobre nuestro país en las últimas semanas, básicamente se han producido por la gravísima crisis fiscal, una situación en la que la capacidad recaudatoria del fisco está sobrepasada por el gasto público.
Teniendo en cuenta esta situación, la Administración pública debería ser más austera a la hora de realizar gastos y no prolongar más allá de nuestras posibilidades ‘necesidades de gasto populistas‘, comprometiendo a las generaciones futuras con una deuda cada vez más abultada.
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