Steve Ballmer, el que fuese CEO de Microsoft y sucesor de Bill Gates al frente de la compañía, cumple perfectamente el refrán de “el aprendiz supera al maestro”. Y en este caso no se habla de cuestiones técnicas o de conocimiento, sino de riqueza acumulada. Paulatinamente ha ido escalando posiciones en la lista de personas más ricas del mundo, algo que podría llevarle a superar en patrimonio neto a su ex jefe y cofundador de Microsoft.
Según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, la fortuna de Steve Ballmer ha crecido durante el último año hasta los 115.000 millones de dólares, posicionándose como la quinta persona más rica del mundo. Sigue muy de cerca la estela de Gates, que ocupa el cuarto lugar con 121.000 millones de dólares. Llama la atención que hace tres meses la diferencia de riqueza entre ambos era de 17.000 millones de dólares y que ahora se haya reducido a poco más de 6.000 millones.
En riqueza, Ballmer supera a Larry Ellison (cofundador de Oracle, con 114.000 millones de dólares), Warren Buffet (presidente y director ejecutivo de Berkshire Hathaway, con 110.000 millones de dólares), Mark Zuckerberg (CEO de Facebook, con 108.000 millones de dólares) y a Sergey Brin (cofundador de Google, con 105.000 millones de dólares).
La riqueza acumulada durante sus años al frente de Microsoft, sumada a los miles de millones de dólares obtenidos en dividendos a lo largo de dicha etapa, ha llevado a Ballmer a escalar posiciones en cuestión de patrimonio. Llama la atención que se abra paso en una lista conformada, principalmente, por dirigentes o fundadores de importantes empresas. Esto pone en valor el poder analítico de Ballmery cómo ha conseguido poco a poco disputar su propio partido de venganza frente a Gates.
La trayectoria de Ballmer en Microsoft
La figura de Steve Ballmer comenzó a sonar en el panorama tecnológico a partir del año 1980, cuando se incorporó a Microsoft como asistente de Bill Gates, siendo su tarea principal la de gerente comercial. En un principio, trabajaba con un salario base de 50.000 dólares más un 10% adicional por las ganancias que generaba, aunque finalmente se sustituyó por una importante participación accionarial en la empresa.
Fue tal su ascenso, que en el año 2000 pasaría a convertirse en director ejecutivo de Microsoft. En 2008 tomó el relevo de Bill Gates, afectado por las acusaciones de monopolio. Durante la etapa de Ballmer como CEO de la compañía, fracasaron muchos proyectos como Windows Vista, Zune (como respuesta al iPod de Apple) y la presencia tardía y prácticamente inexistente de Microsoft en el mundo de la telefonía móvil y los smartphones.
Con el lanzamiento del iPhone, Ballmer no tardó en realizar una crítica contra Apple, tachándolo del teléfono más caro del mundo y destinado al fracaso comercial. Pero la evolución del mercado le demostró que se encontraba equivocado, por lo que una de sus metas durante mucho tiempo fue comprar la división de telefonía móvil de Nokia, pese al desacuerdo de Bill Gates y del actual CEO, Satya Nadella. Pero su división de móviles Lumia fue un auténtico fracaso.
Fueron luces y sombras, pues al frente de Microsoft Ballmer consiguió éxitos destacables como el desarrollo de la plataforma de juegos Xbox, pese a las críticas iniciales de Gates, y la mejora técnica de Windows Vista. Además, gracias a Ballmer, Microsoft comenzó a dar forma a su plataforma cloud, uno de los principales activos actuales.
Su nuevo rumbo empresarial
En el año 2014 dejó el cargo con 333 millones de acciones, es decir, una participación de más del 8%. Su puesto lo ocupó Satya Nadella, dirigiéndose Ballmer al ámbito del baloncesto. Con el capital adquirido pudo afrontar la compra de Los Ángeles Clippers y fomentar su participación en la NBA, abonando unos 2.000 millones de dólares.
Considerado como uno de los empresarios deportivos más influyentes del momento, se encuentra sumergido actualmente en la construcción del Intuit Dome, el nuevo estadio del equipo. Esto ha provocado que su fortuna descienda algo, aunque la rentabilidad adquirida a medio plazo lo aúpan aún en la cresta de la tabla clasificatoria.
Un espíritu filantrópico intachable
Si algo caracteriza a Ballmer, y lo asemeja a Gates, es su apuesta por las labores asistenciales. Tanto él como su esposa Connie donaron 425 millones de dólares para la creación de una institución dedicad a la salud mental y conductual de los niños del estado de Oregón. Además, ha invertido más de 2.000 millones de dólares en donaciones vinculadas a la movilidad económica.
Su férreo poder económico
La riqueza cosechada por Ballmer en la actualidad se debe, fundamentalmente, a la expansión de la IA, que ha disparado por completo las acciones de Microsoft. Al invertir en OpenAI, matriz de ChatGPT, se prevé que podría llegar a arrebatar la posición a Alphabet(propietario de Google) en las búsquedas de Internet. Así pues, las acciones de Microsoft han subido un 38% en los últimos diez años.