John Stuart Mill nació en Londres el 20 de mayo de 1806. Fue el hijo mayor del economista e historiador James Mill, autor de la compendiosa History of British India, un pensador adicto a las doctrinas éticas de Bentham y a las económicas de Ricardo, ambos amigos suyos. Estas circunstancias favorecieron la formación del pequeño John Stuart, quien fue sometido a un riguroso método pedagógico desde la infancia. Familiarizado con el griego, el latin y los grandes clásicos desde los tres años, temas ampliamente dominados por su padre, a los doce años, el pequeño John Stuart, escribe una Historia del gobierno de Roma y termina un libro en verso. A los trece años, su padre le explica un curso completo de economía política, basado en las ideas de David Ricardo. John Stuart Mill, autor de uno de los libros más eruditos del análisis económico clásico, y cuyos aportes a las ciencias sociales se mantienen aún vigentes, es el Economista Notable de esta semana.
Educación completa a los 14 años
A los catorce años, John Stuart Mill fue a Francia para realizar estudios de filosofía, economía y derecho, que pronto cristalizaron en obras originales. A esta edad alcanza una educación formal completa. La base de su formación filosófica fue el utilitarismo de Bentham, y la filosofía de John Locke, David Hume, George Berkeley y David Hartley, junto a los pensadores de la escuela escocesa del common sense, Thomas Reid y Dugald Stewart. En 1822-1823 fundó una Sociedad Utilitarista, y animó, en unión de varios amigos, otra sociedad de oradores, donde se debatían temas de filosofía y de política públicamente. La portentosa y sólida educación que tuvo nunca le hizo perder la humildad. Y al reflexionar sobre ésto en su Autobiografía, escribió:
Lo que yo pude hacer, seguramente puede hacerlo cualquier muchacho o muchacha de una capacidad media y de una sana constitución física; y si yo he hecho algo, lo debo, entre otras afortunadas circunstancias, al hecho de que gracias a la anticipada preparación con que me favoreció mi padre, yo partí, puedo decirlo francamente, con la ventaja de un cuarto de siglo sobre los de mi edad.
En 1823 fue nombrado Examiner de la East India Company, cargo al que debió una desahogada posición económica durante toda su vida. Ese año publica en The Traveller, de Londres, su primer articulo sobre economía. En esta época desarrolla también una intensa labor de escritor, colaborando en la Westminster Review, fundada por Jeremy Bentham. Sin embargo, a la edad de 20 años, John Stuart sufre una severa y prolongada depresión mental producto de las exigencias intelectuales de su padre, quien abusó de los principios de la psicología asociacionista de Jeremy Bentham y sus ansias de tener un hijo genio. Esto marca en John Stuart un cambio que lo hace volcarse hacia las obras de los poetas románticos Coleridge y Wordsworth, y especialmente a las ideas de los filósofos franceses de la Ilustración. También marca una ruptura con su padre que se verá acentuada muy pronto cuando John Stuart Mill conozca a la mujer de su vida
Obras de madurez
Durante su crisis, John Stuart Mill lee las obras de Auguste Comte, el filósofo francés que inaugura la tradición de la sociología como una ciencia general del hombre, y siente gran simpatía hacia estas ideas. Comte, el padre del positivismo, pensaba que la economía debía subsumirse a esta ciencia más general, dado que la economía, al ser una ciencia deductiva, carecía de relevancia empírica e histórica.
John Stuart Mill mantiene una larga correspondencia con Comte y a partir de 1834 dirige la revista London and Westminster y prepara su Sistema de la Lógica, que publica en 1843. Le sigue en 1848 (el mismo año en que Karl Marx y Friedrich Engels publican El Manifiesto Comunista) sus Principios de Economía Política. Estas dos obras aseguraron la reputación de John Stuart Mill como uno de los pensadores más sobresalientes de su época. De ahí en adelante toda su obra fue ejemplar: Sobre la Libertad, Pensamientos sobre la reforma parlamentaria, Disertaciones y Discusiones (1859), Consideraciones sobre el gobierno representativo (1861), El utilitarismo (1863), Examen de la filosofía de sir William Hamilton (1865), Augusto Comte y el positivismo (1865), Inglaterra e Irlanda (1868), La esclavitud de las mujeres (1869), Capitulos y Discursos sobre la cuestión de Irlanda (1870), Autobiografia (1873) y Tres ensayos sobre la religión (1874).
Contribuciones al pensamiento económico
En su obra de 1848, John Stuart Mill se hace cargo de las críticas de Comte y reconstruye los fundamentos filosóficos y metodológicos que establecieron a la economía política como una disciplina autónoma. En estos Principios de Economía Política, reafirma el marco ricardiano, incorporando nuevas ideas y el respaldo de evidencias en numerosas materias de política económica. De todos los libros de economía política, los Principios de John Stuart Mill se convirtieron en el texto de lectura económica obligada durante más de cuarenta años, hasta que fue reemplazado por los Principios de Economía de Alfred Marshall, en 1891. En su obra, Mill elaboró varias de las ideas de David Ricardo y Adam Smith, ayudando a desarrollar los conceptos de economías de escala, costo de oportunidad, y ventaja comparativa.
John Stuart Mill fue un gran defensor de la libertad, y defendía la libertad por dos motivos: porque la sociedad como conjunto maximiza su utilidad si cada persona es libre de tomar sus propias decisiones, y porque la libertad es necesaria para el desarrollo de cada persona como una persona completa. En su célebre ensayo Sobre la Utilidad (1859), Mill alude a la gran idea motora de la historia del hombre: la libertad social o civil, la naturaleza y los limites del poder que puede ser ejercido en forma legitima por la sociedad sobre el individuo.
Las propias circunstancias personales de su vida, lo llevaron a seguir el principio de la reciprocidad kantiana, que establece el límite de la libertad individual en el punto en que perjudica la libertad de otro. También aceptó el despotismo y autoritarismo cuando las circunstancias así lo ameritan, y justificó el despotismo de la autoridad en las sociedades atrasadas, cuando el déspota persigue los intereses del pueblo y no los propios. Mill detectaba un gran peligro en la volubilidad de las masas, en el conformismo complaciente y manipulable de las mayorias, y por ello toma conciencia que los valores de la individualidad y los valores de la sociedad comienzan a gestarse como fuerzas opuestas, tendientes a la ruptura de ese equilibrio idealizado como armonía del mundo.
Por eso, John Stuart Mill no es un defensor del laissez-faire, y tampoco piensa que los contratos y los derechos de propiedad formen parte de la libertad. Como principal autor del liberalismo, favorece la herencia fiscal, el proteccionismo y la regulación, comenzando por regular las horas de trabajo de los empleados, para evitar jornadas abusivas. Asimismo, en sus Principios de Economía Política argumenta en contra del crecimiento ilimitado que permite la revolución industrial, por el inevitable impacto que este tiene en el deterioro de la naturaleza. Fue, por tanto, uno de los primeros medioambientalistas, y uno de los primeros luchadores por la igualdad de derechos. En todas estas ideas vanguardistas tuvo, a lo largo de 28 años, el apoyo sustancial de quien fuera el amor de su vida.
Quizá uno de los aspectos más desconocidos de John Stuart Mill es su relación con su esposa, Harriet Taylor, a quien conoció en 1830 y con quien se casó en 1851, tras la muerte de John Taylor, el marido de ella. Harriet Taylor fue una filósofa que aún hace historia con sus escritos sobre los derechos de la mujer, y fue la principal inspiradora de los debates intelectuales de John Stuart. A él le sedujo la belleza y capacidad intelectual de Harriet, y a ella que John Stuart la tratara como un igual intelectual. Harriet Taylor Mill fue la primera en criticar los efectos degradantes de la dependencia económica de las mujeres por los hombres. Tras su muerte, en 1858, John Stuart dedicó Sobre la libertad
“a la querida y llorada memoria de quien fue la inspiradora de lo mejor que hay en mis obras; a la memoria de la amiga y de la esposa, cuyo vehemente sentido de la verdad y la justicia fue mi más vivo apoyo y en cuya aprobación estribaba mi principal recompensa”.
Harriet Taylor Mill murió en Avignon, Francia, en 1858, y John Stuart Mill se trasladó por un año a una casa de Avignon para poder estar cerca de su tumba.
John Stuart Mill dedicó el resto de su vida a escribir su monumental legado económico, filosófico y político, hasta el día de su muerte, el 8 de mayo de 1873.