La Comisión Europea durante el día de ayer vetó la venta de O2, la filial de Telefónica en el Reino Unido, a Hutchison al considerar que dicha compra ocasionaría una subida de precios, perjudicando así a la innovación del sector de las telecomunicaciones y afectaría a las posibilidades de elección de los consumidores.
Durante octubre del año pasado se inició una investigación de la transacción, que habría fusionado O2 y Three, en manos de Hutchison Whampoa. Telefónica habría cerrado la operación por 10.250 millones de libras esterlinas.
Bruselas ha decidido después de su análisis de la operación que dicha venta habría eliminado a un competidor esencial en el mercado y habría dejado solo a dos operadores móviles ( Vodafone y Everything Everywhere ) en situación de oligopolio.
¿Cuáles han sido las dudas de Bruselas?
La decisión se ha tomado por tener varias reservas:
La primera ha sido defender que Three y O2, habrían sido los líderes en el mercado con una cuota superior al 40 por ciento. Reduciendo así las posibilidades de elección y posible empeoramiento de la calidad del servicio por parte de los consumidores del Reino Unido.
Bruselas defiende que con la compra, los precios de las comunicaciones minoristas habrían aumentado para todas las operadoras.
La entidad fusionada habría formado parte de dos acuerdos de uso compartido de red (MBNL y Beacon) y su presencia habría debilitado a sus competidores. Por tanto, se obstaculizaría el desarrollo de las infraestructura de comunicaciones de móviles en el Reino Unido.
La venta habría reducido el número de operadores dispuestos a albergar a otros operadores en sus redes. Esto habría dejado a los operadores virtuales y potenciales en una posición de negociación más débil para obtener acceso a las infraestructuras.
¿Qué argumento utilizo Hutchison que no convenció a Bruselas?
Hutchison ofreció sus contrapartidas pero la Comisión Europea ha considerado que no resolvían los principales problemas estructurales creados por los actuales acuerdos de uso de las redes en el Reino Unido que tampoco suplía la competencia debilitada.
Las medidas principalmente de comportamiento les han creado gran incertidumbre en su aplicación y supervisión efectivas, debido a que es difícil definir con precisión algunas medidas y algunas van a depender de que se acuerden otras medidas.
La conclusión de la Comisión fue que las contrapartidas propuestas no han podido impedir el probable impacto negativo sobre los precios, la calidad del servicio y la innovación de las infraestructuras en el sector de las comunicaciones de móviles en el Reino Unido como resultado de la adquisición.
Alternativas tras el veto de la venta de O2 a través de OPV
Telefónica sigue interesada en deshacerse de su filial en el Reino Unido, por lo que podría buscar alternativas de posibles compradores o colocar en el mercado a través de una OPV. Hay empresas interesadas como Virgin Global que le interesan los activos de O2.
El principal plan B de Telefónica es vender sus infraestructuras de telecomunicaciones en el mercado. Telefónica lleva tiempo gestionando está operación creando Telxius, la empresa en la que está reuniendo todos los activos.
Desprenderse de los activos de O2 en México es otra de las posibilidades que se pueden plantear. Podría ser un negocio que podría ser potencialmente atractivo ya que la venta de un 49 por ciento de la empresas supondría unos ingresos entre 800 y 1.300 millones de euros.
Otras alternativas tras el veto de la venta de O2
Otra de las alternativas que plantea desde el Banco Británico es la venta de una participación del 10 por ciento en Telefónica Deutschland, de la que actualmente tiene un 63,2 por ciento. Con dicha operación aún mantendría el control y podría lograr unos ingresos de 1.300 millones.
Otra de las alternativas sería la suspensión de la recompra de las acciones ya que Telefónica mantiene un programa de recompra de acciones por un 1,5 por ciento del capital, una fórmula con la que compensa la dilución que ha supuesto retribuir con scrip dividend.
La última alternativa que se le presenta es la venta de bonos híbridos. Es decir, volver a recurrir a los bonos híbridos ya que cuenta con 5.500 millones de euros en el mercado sin que esto afecte a su calificación crediticia.
Telefónica mantiene su dividendo
Con dicha decisión las acciones ayer cerraron la sesión con un caída de más de un 1 por ciento. Esto descenso ha sido menor que la caída del IBEX 35 de un 1,27 por ciento. En concreto, los títulos de la Telefónica han disminuido un 1,069 por ciento, hasta los 9,26 euros, frente un descenso menor que ha registrado el IBEX 35. El IBEX 35 cerró la jornada en los 8.663,9 puntos.
El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha remarcado en varias ocasiones que Telefónica ha puesto en marcha, hace poco, otras medidas que garantizan la flexibilidad financiera del grupo una vez que se ha confirmado el fracaso de esta operación.
En El Blog Salmón | Telefónica compra "O2", el segundo operador de móviles del Reino Unido
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