Es sin duda curioso, muy curioso, que un producto tan especial como la Cola Cola, que casi es de los productos más comunes y socializados en nuestra conciencia colectiva como marca haya llegado a sentir de forma clara el batacazo de la crisis. He de reconocer que yo era de los que pensaban que la Coca Cola, no como marca sino como refresco de cola, había marcado un antes y un después de las bebidas gaseosas no sólo provocando crear en primera instancia una necesidad que no debería por que ser innata al ser humano sino finalmente hacer que él mismo no pueda pasar un día sin ella. Como marca se diría que tiene además una imagen corporativa casi perfecta.
La demanda de Coca Cola hasta ahora parecía ser totalmente inelástica, es decir, no por que suba su precio (o sea más cara comparativamente debido a la crisis) será un producto que se deje de consumir; aunque subiera su precio o cada vez haya menos dinero las ventas no deberían de verse disminuidas, parece ser que nos equivocábamos flagrantemente y ahí están los datos para demostrarlo.
En cuanto a la realidad de los porqués en España, según ha comentado la propia marca se debería a una bajada del consumo directo con bebidas espirituosas, la gente ya no puede gastar tanto como antes. En palabras del presidente de Coca Cola España y Portugal, Manos de Quinto, el problema es:
Supongo que la gente sale menos que antes. Va menos a los bares y restaurantes
Por tanto queda totalmente claro que la bajada del consumo en bares y restaurantes es el principal problema que ha provocado una caída de ventas y los beneficios; está claro que también este tipo de consumo es la mayoría del que se produce en España, que como bien sabemos es de los países con menos habitantes por bar del mundo.
Está claro que la solución es complicada, cuando no hay dinero para gastar se recortan todos los caprichos que hasta ahora parecían de lo más habituales como la Coca Cola, esperemos que como empresa consigan al menos la única esperanza en tiempos de crisis: aumentar aún más su cuota de mercado.