Muchas veces, mirando las noticias, nos parece que en el caso de una crisis global, en medio de una recesión muy grave, es imposible que a ninguna empresa le vaya bien. Si acaso a alguna empresa cuyos productos son anticíclicos, como por ejemplo los restaurantes de fast food, pero poco más. Sin embargo esto no es cierto. Hasta a empresas que venden productos fuera del segmento low cost les puede ir bien si el producto es el adecuado.
Un caso que merece la pena comentar es el de Nespresso. La filial de Nestlé ha logrado crecer, y mucho, en 2009. Nada más y nada menos que un 22% en sus ventas. Y esto con un producto caro respecto a las alternativas clásicas (café a granel para máquina expreso) y en un entorno de recesión global.
¿Cuál es la clave? Acertar en el segmento. La gente está dispuesta a pagar mucho más por un producto si es cómodo de usar, y las cafeteras en cápsulas lo son. Son más cómodas que comprar café a granel y hacerse un expreso, y los consumidores están dispuestos a pagar bastante más por cada café que se toman (incluso por las cafeteras, que tampoco son baratas) por el simple hecho de no tener que limpiar y tardar dos minutos más en lograr un café expreso.
También se puede ver que llegar los primeros, o al menos, los primeros con una importante fuerza de marketing, te afianza en una buena posición. Aunque ahora en un supermercado hay muchas marcas que ofrecen café en cápsulas, aunque las cápsulas haya que comprarlas en tiendas especializadas o por Internet (con sus gastos extra de envío), Nespreso sigue siendo el líder del sector.
En definitiva, si el producto es el adecuado, una empresa puede crecer en recesión. Y esto es válido para cualquier sector, siempre que se de en el clavo, se innove en el sentido que los consumidores demandan. Lo cual no es fácil. Pero si muy rentable.
Vía | El Economista
Imagen | Joe Shlabotnik