Gowex. Copó titulares y noticias durante semanas. El escándalo protagonizado por la compañía y su fundador, Jenaro García, estalló ahora hace ocho meses. Tras este tiempo, ¿qué ha pasado con la compañía? ¿En qué situación se encuentra y cómo avanza la investigación judicial?
A mediados del mes de julio arrancaba la fase judicial del escándalo con varias incógnitas por despejar: el tamaño del agujero económico, los colaboradores de Jenaro García y la responsabilidad del MAB. Ahora, ocho meses después, el juez Santiago Pedraz continúa con la instrucción.
Situación judicial
En este tiempo, Javier Solsona, consejero y director corporativo bajo la presidencia de Jenaro García, ha sido nombrado como administrador judicial de la compañía. De haber sido imputado, en un principio (los cargos fueron retirados), a ser el directivo con la confianza del juez para gestionar la compañía.
Hasta ahora, el único que entró en prisión es el auditor de la firma M&A, José Antonio Díaz Villanueva, que no pudo depositar la fianza de 200.000 euros. Algo que sí hicieron el propio Jenaro García (600.000 euros) y el exdirector financiero (50.000 euros).
Las primeras declaraciones tuvieron lugar el pasado mes de julio. De ellas se derivaron las imputaciones a once personas, entre testaferros y antiguos directivos de la empresa. La última comparecencia tuvo lugar hace dos semanas. Tanto García como el exdirector financiero acudieron a la Audiencia Nacional para abrir correspondencia de la compañía con la que esclarecer la trama urdida.
¿Y el MAB?
En este tiempo, las únicas palabras que ha pronunciado Jenaro García hay que localizarlas en la red social Twitter. Así, ha llegado a analizar la situación del Mercado Alternativo Bursátil (ver el tuit abajo), las elecciones griegas, o el Mobile World Congress de Barcelona.
Entretanto, el MAB ha mantenido la actividad, con el aterrizaje de varias compañías (ya suman 26) y la negociación de 1.676 millones de euros, según las cifras aportadas por la Agencia EFE. Pese a ello, hay compañías que han sufrido las consecuencias de la falta de confianza en el mercado y otras que se vieron obligadas a suspender la cotización ante dudas sobre su contabilidad.
La viabilidad de la compañía está más que en entredicho. Tras solicitar el concurso de acreedores y ver cómo algunos de los contratos que mantenía con ciudades se suspendían, el hoy administrador judicial tiene el cometido de mantenerla 'viva'. Mientras eso sucede, miles de accionistas siguen aún pendientes del proceso.
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Imagen | Álvaro Ibáñez