El País ha publicado hoy todo un dossier completo de cartas entre la familia Ruíz Mateos y altos cargos del Banco Santander, desde Alfredo Saez a Emilio Botín, pasando por Javier Peralta. El contenido de las cartas es espectacular y os recomiendo su lectura cronológica desde el 2006 hasta la última, fechada en febrero del 2011 cuya captura encabeza el post.
Esta última carta es una plegaria a Emilio Botín, porque “Emilio, por favor, no nos dejes caer” no es otra cosa. De la lectura de todas las cartas, se deducen varias cosas muy llamativas y algunos apuntes de antigestión empresarial y un egocentrismo absoluto alrededor de todo el grupo de Nueva Rumasa. El caso más llamativo, que puede ser incluso constitutivo de delito, lo tenemos en el hipotético engaño que Nueva Rumasa hace a los inversores de su papel higiénico de 50.000 euros, aunque algunos insistan en llamarlos pagarés.
No hay que ser muy listo para darnos cuenta que en esta captura de una carta del 2009, Nueva Rumasa le estaba tomando el pelo a todos los españoles con la publicidad milagrosa de sus pagarés y las ansías de expansión internacional. Imagino, que algún juez tendrá algo que decir de todo esto, siempre y cuando el Banco Santander haga públicas estas misivas sin recurrir a El País.
No obstante, de la lectura de todas las cartas, destaca la “religiosidad” del máxime exponente de Nueva Rumasa asi como su peloteo continuo y halagos vacíos a todos los altos cargos del Santander. Conozco algunos empresarios de este pelaje y el refrán no falla, “huye de aduladores compulsivos con palabras vacías”.
La relación de poder de tú a tú, la manera de solicitar operaciones, saltarse los niveles y jerarquías impuestas por la entidad y argumentar siempre que todo su riesgo está cubierto con un amplío patrimonio, recuerdan fuertemente a todos aquellos que no son conscientes de que su patrimonio vale cero euros si no hay nadie que lo quiera comprar. Tomen nota los pillados por la entrepierna en el mercado inmobiliario que algunos no aprenden.
No pasa desapercibido tampoco cómo Ruíz Mateos intentó endosarle el brandy de los 3.000 millones de euros al Banco Santander como garantía, al igual que aludía siempre las valoraciones de la tita Lola en su patrimonio empresarial e inmobiliario. Desde luego, si yo soy banquero, salgo corriendo de empresas que actúan así, recurriendo a adulaciones vacías, castillos en el aire y falsas promesas de responsabilidad y cumplimiento en los pagos. Los juzgados tienen mucho que decir aún sobre Nueva Rumasa y el castillo de naipes en derribo que se cierne sobre todas las empresas.
En El Blog Salmón | Tienes pagarés de Nueva Rumasa? Tiembla