No ha pasado un año desde
la celebración del último mundial, pero el primer partido del próximo evento (
en Sudáfrica, si nada se tuerce, en 2010)
ya se está disputando. Y no son selecciones nacionales de fútbol quienes lo hacen, sino
dos "archienemigos" en el mundo de las empresas.
Visa y
Mastercard, las empresas líderes en medios de pago, pelean a cara de perro por ocupar un lugar preferente entre los patrocinadores de la FIFA para esta cita y obtener los derechos derivados de ser
patrocinadores del Mundial.
Mastercard
lleva siendo patrocinador desde hace más de una década, en concreto desde el Mundial de Italia 90. De hecho, si atendemos a los logotipos de Mastercard y de FIFA, casi se podría decir que son "socios naturales". Sin embargo, según parece, la FIFA habría decidido
cambiar esta relación de años para ir a caer en brazos de Visa para el periodo 2007-2014, lo que otorgaría a esta compañía los privilegios de patrocinador oficial. Hace unos meses, la juez americana
Loretta Preska decretó que
este nuevo pacto no era válido ya que conculcaba los derechos adquiridos de Mastercard (concretamente, el derecho de tanteo y retracto ante un nuevo ofertante), por lo que
devolvía a esta compañía los derechos del patrocinio. Pero en una nueva vuelta de tuerca,
un juzgado de apelación ha pedido que se revise la sentencia para aclarar determinados aspectos que no están del todo claro.
Así que, volviendo al argot futbolístico, el partido está en todo lo alto, es un encuentro de ida y vuelta, cualquiera de los dos contendientes puede ganar y el árbitro será decisivo en el transcurrir del encuentro.