Burbujas, burbujas, burbujas. Duros a cuatro pesetas. Inflar compañías con mucho volúmen de transacciones sin unos beneficios reales. Muchos no nos explicábamos cómo era posible fletar un avión a base de billetes a diez euros. Y la estrategia de "ponga una aceituna menos en cada ensalada" nos ha parecido de siempre algo más cercano a un chiste que a un enfoque innovador de negocio. No envidio el trago que les queda por delante a los de Vueling. Subir los precios no suele ser bienvenido por los clientes asiduos al servicio, por lo que es de esperar una importante caida en la contratación. Claro que si pierden dinero con cada billete, a lo mejor esto no es del todo malo. El nuevo enfoque de la compañía pasa por atraer al deseado público de empresas, algo que no va a ser muy sencillo ya que, cuando paga la empresa, a los ejecutivos no les gusta pasar estrecheces, compartir asiento con mochileros o que les cobren hasta el agua en el trayecto.
Eso si, cuentan con un as en la manga: Bárbara Cassani cuenta con una larga trayectoria en aerolíneas tan importantes como British Airways, empresa en la que estuvo durante diez años y en la que se encargo de fundar su filial de bajo coste. La bolsa observará con interés los meses venideros para ver si la compañía realmente merece de nuevo su confianza o no.
Vía | Cinco Días En El Blog Salmón | Vueling sale a bolsa