CEOE, trabajadores y sindicatos en el caso de Arturo Fernández: cobardes

Arturo Fernández (CEOE) - No damos abasto para comprar sobres
Pusilánime, sin valor o espíritu u hecho con cobardía, esta es la definición de cobarde y que mejor se adapta a la CEOE madrileña, a los sindicatos, a los trabajadores y por supuesto, a Arturo Fernández si finalmente se demuestra que es práctica habitual en su empresa el cobro salarial en negro de los complementos salariales.

Tal y como denuncia la Cadena Ser, el grupo de empresas de hostelería de Arturo Fernández (CEOE) lleva bastantes años pagando en negro las horas extras y los complementos salariales de sus empleados. ¿Los objetivos? Los de siempre, pagar menos cotizaciones a la Seguridad Social (en torno al 40% de las cantidades pagadas en negro) y los trabajadores tributar menos en el IRPF. ¿por qué califico a toda la trama como cobardes? Porque todos los implicados actúan así, no hay otro adjetivo. El cobarde principal es aquel que monta una empresa, como supuestamente pasa con Arturo Fernández y continúa con las prácticas instauradas desde siempre en este país. Se cotiza por el mínimo de convenio colectivo y cualquier extra que salga de ahí, va en sobre directamente. Competencia desleal le llaman y delito desde enero de este año (o pasados si el volumen de cuotas defraudadas supera los 120.000 euros).

Ojo, que la cobardía hoy día se ha transformado en falsos autónomos, en no cumplir horarios laborales o en aplicar las normas del rasero doble en privado. Cuidado, que casi todas las empresas tienen algún trapo sucio que lavar o esconder.

El segundo cobarde, son los sindicatos que conociendo estas prácticas, miran para otro lado ¿es esa su función? ¿no eran conscientes de que en la empresa se hacían pagos en negro? Si los representantes de los trabajadores callan y otorgan ¿para qué están además de recibir cuotas de los afiliados y cobrar subvenciones? Tiempo está tardando en salir el jefe sindical de la empresa y el sindicato mayoritario a dar explicaciones.

Los terceros, la cobardía de los trabajadores; por asumir como hecho infranqueable que esta situación no puede revertir. Me parece mentira la desidia de los que cobran en negro, de los que ven cómo sus cotizaciones son ridículas a todos los efectos, aunque claro, existen infinidad de casos que piden también nóminas bajas, porque eso de pagar a Hacienda es de pobres y porque se pierden infinidad de ayudas públicas con estas prácticas.

La teoría del miedo y el caciquismo pasó a la historia. Si un trabajador se va a la inspección de trabajo con una nómina y un sobre y a la Agencia Tributaria, antes o después, ruedan cabezas, pero claro, es mejor lamentarse del tirano empresario explotador en la barra del bar, mientras no se pagan impuestos por el dinero que se recibe.

Cobardes todos que deberían dar explicaciones uno por uno, aunque el primero que ha salido en entrevista, ha sido el propio Fernández en Espejo Público y ha tenido la desfachatez de afirmar que cuando se pagan 2.000 nóminas, son muy difíciles de controlar ¿en manos de quién están las empresas de nuestro país?

En EL Blog Salmón | Las escalofriantes cifras de la economía sumergida, ¿Pueden las empresas bajar el sueldo a sus trabajadores?

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