Se entiende ya que a nadie le gusta pagar más si se puede pagar menos.
No obstante, esta decisión una vez más tendrá repercusiones futuras y es importante que la decisión puntual política no ignore estas repercusiones futuras que, tarde o temprano, nos impactarán, tanto en el suministro como en los precios.
Tenemos muchos ejemplos de lo que pasa en países que siguen el camino político y restringen las tarifas porque es la decisión fácil.
Como hemos hablado anteriormente:
…los consumidores pagaremos de otra forma. Veremos restricciones en el consumo, las colas, y con la necesidad de generadores privados, para los que pueden asegurarse la continuidad del suministro. Todos estos gastos extra llegarán a los consumidores de una forma u otra.
En estos momentos de subidas de inflación, subidas en los niveles de intereses y subidas en el costo de la energía, las empresas que tienen que invertir en más capacidad energética harán sus análisis económico-financieros y llegarán a la conclusión que nuevas inversiones no son rentables.
Estas decisiones repercutirán en menos capacidad y en menos inversiones para mantener la capacidad que existe. La conclusión es que veremos menos producción y, con la creciente demanda, precios más altos.
La alternativa a este círculo vicioso es que el gobierno pague a las productoras de electricidad lo que no quieren darles en tarifas y, así, mantener el incentivo necesario para efectuar las inversiones necesarias.
Es decir, o pagamos con tarifas más altas o a través del gobierno pero pagaremos igual.
Vía | Cadena Ser En El Blog Salmón | El gobierno tiene un plan, ¿Estamos camino a cortes eléctricos? y En electricidad, España aprende de Argentina