El domingo muchos servicios de Internet estaban innacesibles debido a una caída parcial de Amazon Web Services. El debate sobre lo excesivamente centralizado que está Internet vuelve a abrirse, ya que no parece muy razonable que con un diseño descentralizado el fallo en un punto afecte a tantos servicios.
Efectivamente existen soluciones para tener servicios de forma descentralizada sin depender de los grandes datacenters como Amazon. Pero hay que hacer un análisis de gestión de riesgos y de costes. Y ahí es cuando tener todo centralizado sigue siendo una gran alternativa.
Por ejemplo pensemos en Netflix, afectado por la caída. La alternativa a depender de Amazon es crearse su propia infraestructura (que sería muy grande) con redundancias, esquemas de protección ante caídas, etc. Esto sería mucho más caro que usar Amazon (no sólo en infraestructura sino en personal) y tampoco evitarían las caídas (Amazon tiene una infraestructura muy buena, las caídas son la excepción y no hay por qué pensar que se podría hacer mejor). ¿Cuál es el impacto de estas caídas para Netflix? Apenas hay repercusiones, más allá del impacto en la marca, pues los usuarios pagan una tarifa plana. ¿Se van a dar de baja por una caída cada varios meses?
Quizá para un negocio cuyos ingresos dependan directamente de las visitas el tema es más crítico. Por ejemplo un periódico: cada minuto que está caído no genera ingresos. Pero tampoco es del todo cierto pues muchas veces no rellenan todos los huecos publicitarios disponibles.
En definitiva, dependiendo del modelo de negocio puede que depender de un tercero genere problemas. Pero hay que tener en cuenta que los costes son más bajos y tampoco está claro que con personal propio e infraestructura propia se logren mejores resultados. Al final Internet está centralizado porque tiene sentido económico.
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