Durante su presidencia en Telefónica entre 1982 y 1989, el mandato de Olana se caracterizó por el inicio de la internacionalización de la compañía. Tras abandonar este prestigioso puesto, fue nombrado Director General de Radiotelevisión española en sustitución de Pilar Miró. Catorce años después, regresa a la compañía por la que colgó su acta de diputado en diciembre de 1982. El regreso de este ex político a Telefónica vuelve a poner a la compañía en el foco de nuestras miradas por convertirse en una captadora de "talentos" políticos. No en vano, en esta empresa han recalado entre otros Eduarzo Zaplana; Javier de Paz, ex secretario de las Juventudes Socialistas; Narcís Serra, ex vicepresidente del Gobierno; además de ex jefes del Gabinete de Aznar o de la Casa del Rey.
Entre sus fichajes más sonoros también aparecen Iñaqui Urdangarín, en excedencia temporal por su imputación en el caso Nóos; Rodrigo Rato, también imputado por el caso Bankia; o Iván Rosa, esposo de Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno.
Me resulta muy curiosa y reseñable esta relación tan estrecha de Telefónica con ex políticos y ex altos cargos nacionales y me pregunto hasta qué punto estos fichajes pueden beneficiar o perjudicar la imagen de la empresa. Es evidente que de cara a la opinión pública estos fichajes no suelen ser demasiado bien recibidos porque siembran la duda sobre los méritos profesionales de estos ex políticos para llegar a cargos tan sonoros en las pantanosas aguas de la empresa privada. ¿Se os ocurre alguna justificación?
Vía | Europa Press En El Blog Salmón | Telefónica consigue financiación para la compra de smartphones a BlackBerry, Telefónica vende su negocio de banda ancha fija en Reino Unido a Sky