Su disconformidad con la burocracia, los obstáculos, los sistemas, la administración de su trabajo y de sus carreras, los incentivos, los pagos extra, todo esto suena muy positivo.
Por lo que dicen, quieren más flexibilidad, más pago por resultados, menos burocracia, mejor gestión, jefes más hábiles, en resumen, más profesionalismo. El problema es que, cuando se intenta introducir cambios, los primeros que suelen están en contra son sus sindicatos. Puede que sea que no creen lo que se está haciendo y sospechan que los cambios son sólo para quitarles cosas o puede que los sindicatos siempre se oponen a cambios porque cambios son peligrosos.
Lo que está claro es que cualquier cambio debe ser total, es decir, no sólo quitarles cosas sino reestructurar las formas, la gestión del personal, y los incentivos, incluso, la transformación del trabajo en si, qué se hace y cómo se hace.
Estos son cambios muy importantes y necesarios pero si no son totales en vez de parciales, nada pasará. Cambios completos implican que muchas leyes deben cambiar, ya que muchas de las prácticas (por no decir casi todas) que los funcionarios siguen en su trabajo son resultado de la legislación que deben implementar.
Los cambios que se ven suelen ser parciales y por eso los funcionarios están en contra de ellos, ya que, al final, se les quita cosas pero en realidad no se les libera.
Quizás esta encuesta puede ser el comienzo para que el ministerio de administraciones públicas empieze el labor de reestructurar todos los trabajos y las consecuentes formas de trabajar y las políticas de recursos humanos de los ministerios. Con eso, también tendrán que elaborar las modificaciones de las leyes necesarias para que todos los cambios puedan efectuarse.
Un trabajo bonito para los consultores, tanto de procesos como de recursos humanos.
Vía | Finanzas y Interbusca En El Blog Salmón | Posts sobre Funcionarios