Desde hace tiempo, he denunciado en estas páginas la forma que tienen los países ricos de designar a los suyos para liderar las instituciones multilaterales. Hasta ahora, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) son feudos de líderes europeos y estadounidenses, respectivamente. Ahora que se está buscando un nuevo Director General del FMI, no debe sorprender que los europeos están proclamando la necesidad de uno de los suyos como reemplazo y dicen que, en los tiempos que corren, no se puede hacer cambios frívolos.
Hace años que los que criticamos esta forma de elegir líderes para el FMI y el BM, nos decían que estas organizaciones estaban apoyando a los países menos desarrollados y que se tenía que mantener las riendas en manos independientes. Algunos decían que no podíamos dejar la llave de la caja en manos de los que necesitan acceder a esa caja. Ahora son los países supuestamente desarrollados, especialmente los europeos, los que más están metiendo mano a la caja del FMI y, por eso no quieren soltar esas riendas tan apetitosas.
No sólo manos europeas, pero manos keynesianas es lo que buscan, ya que esa forma de pensar hace mucho más fácil conseguir préstamos para Estados que quieren continuar en su camino de despilfarro sin condiciones ni controles. Con el anterior Secretario General, el keynesiano, Dominique Strauss-Kahn, lo tenían muy bien ya que recibían la liquidez que buscaban sin apenas tener que molestarse en tomar decisiones difíciles de cambiar las políticas de despilfarro sin condicionamientos de fuera de sus economías. La idea sigue siendo retrasar las decisiones difíciles al máximo con el objetivo de esperar que nos saque de los líos el crecimiento futuro.
El problema con esta actitud es que los más pobres son los que más sufren del alargamiento de la recesión, de la falta de crecimiento y de la falta de empleo. Puede que los ricos tengan algo menos, pero sufrir no van a sufrir. Por eso el debate si el FMI es keynesiano o no lo es no es mero debate dialéctico, ya que tiene consecuencias e impactos duros para los que menos pueden absorberlos.
Para que se entienda, el despilfarro desenfrenado y descontrolado, déficits públicos altos y crecientes y deuda estatal alta y creciente perjudica la inversión privada, el crecimiento de las economías y el crecimiento del empleo. !El despilfarro no crea empleo lo destruye y retrasa su crecimiento!
Por esto, y por la hipocresía de los países ricos queriendo mantener su control sobre las entidades multilaterales, los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) están presionando para que las cosas se hagan mejor. Como llamada de atención, los Directores Ejecutivos representando estos países en el FMI emitieron un comunicado exigiendo el abandono de la práctica de control geográfico que he mencionado. Recuerdan los cambios tan dramáticos experimentados por la economía mundial, recuerdan el papel cada vez más importante de los países en desarrollo y recuerdan que, cuando se eligió el último Director General del FMI, los países europeos prometieron que el siguiente no sería uno de ellos.
No deben esperar mucho los BRICS y tampoco deben tomar las palabras de los Estados Unidos en estos momentos de que siempre hay que elegir el mejor candidato, sin importar la nacionalidad. No veo a los Estados Unidos también decir que, cuando llegue el momento de elegir el próximo presidente del BM, que no será candidato estadounidense.
Con todos mis respetos a la ministra de finanzas francesa, Christine Lagarde, la candidata europea, el dimitido Director General del FMI ha trabajado mucho para fomentar el camino keynesiano de la organización y, aunque ha avanzado mucho, no creo que ha matado completamente la cultura de responsabilidad y exigencia, que es lo mejor del FMI. Aparte de lo absurdo de que los europeos mantengan el control de forma unilateral, continuar con otro Director General del FMI de nacionalidad francesa puede que sea el clavo definitivo en el ataúd de un FMI responsable, exigente y sostenible.
A ver si tenemos suerte a partir de mañana con la reunión de los países G8, que incluye dos miembros de los BRICS (China y Rusia), que presionen para que este proceso sea independiente y abierto con el anuncio de la apertura de los procesos de selección de los líderes tanto del FMI como del BM. Si consiguiéramos eso, serían unas reuniones de la G8 productivas, algo que no suelo decir. No obstante, como concluí hace poco cuando hablé de este tema:
¿Tengo confianza de que veremos más apertura en la elección de este tipo de puesto internacional? Por supuesto que no.
Vía | Business Insider y Reuters (en inglés) En El Blog Salmón | ¿Quién debe elegir al Director General del FMI? y Los pilares de crecimiento de la economía