Vaya por delante que considero que nos hemos quitado un gran peso económico de encima perdiendo estos Juegos Olímpicos. Tal y como ha señalado Alejandro, España tiene problemas más importantes en los que preocuparse. Sin embargo, la constatación del fracaso pone sobre la mesa que la imagen de la Marca España no está atravesando sus mejores momentos. Con alrededor de seis millones de parados y una tasa de desempleo juvenil por encima del 50 % es lógico que nuestro país no haya sido capaz de disipar las dudas sobre el futuro de nuestra economía. Si a esto le unimos los innumerables casos de corrupción que afectan a nuestra clase política, resulta evidente que la percepción que en el extranjero puedan tener de España no es excesivamente positiva.
Por otra parte, creo que el trabajo comercial para presentar nuestra candidatura al resto del mundo ha sido un completo fiasco. Mientras Tokio transmitía tecnología o potencial económico y Estambul ilusión o cultura, los responsables de Madrid 2020 sólo han sido capaces de mostrar el famoso 80 % de las instalaciones construidas (¿obsoletas en 2020?) y un programa de austeridad que para nada ha convencido a quienes pretenden lucrarse con estos Juegos.
Así, yendo de favorita, Madrid 2020 se queda en la cuneta, y con ello las obras, recalificaciones y especulaciones inherentes a eventos de tal envergadura. En mi opinión, nos han hecho un favor. Los Juegos Olímpicos sólo son rentables para pequeños estratos de la sociedad, si se me permite el eufemismo. Para el país en su conjunto, un derroche de dinero público que no nos podemos permitir.
En El Blog Salmón | Se acabaron los elefantes blancos, volvamos a la realidad, Madrid 2020: otro derroche de dinero público para pagarlo entre todos