Las elecciones están a la vuelta de la esquina. De hecho la semana pasada analizamos el programa electoral de los cuatro principales partidos políticos. En el pasado hemos confrontado las cosas más absurdas de los programas económicos de los partidos y normalmente el que se llevaba la palma era Podemos. Sin embargo en esta ocasión es Vox quien destaca por llevar un programa completamente irrealizable.
Los partidos tienden a prometer cosas que no van a poder cumplir. Es como cualquier otro marketing: hay que rozar la mentira para lograr vender. Pero los partidos populistas abusan de este tipo de propuestas imposibles y soluciones simples a problemas complejos para lograr atraer votantes.
La propuesta de Vox
Vox propone una bajada brutal de impuestos. El IVA al 18%. El IRPF en dos tramos, al 15% hasta los 70.000 euros y los 25% para cantidades superiores. Impuesto de sociedades al 15%. Todo muy tentador para el votante, sobre todo para los de rentas más altas.
Esto reduciría la recaudación y así lo reconocen. Y es ahí donde pecan de populismo. La reducción de ingresos se compensaría con una reducción de gastos que básicamente es racionalizar la administración, suprimir la agenda 2030 y eliminar Ministerios y Secretarías de Estado inútiles.
El impacto de las medidas de Vox
Lo cierto es que por supuesto Vox no cuantifica su propuesta electoral. Y es una pena que teniendo una Agencia Fiscal Independente (la AiREF) esta no analice económicamente las propuestas de los partidos políticos como se hace en otros países.
Lo que sí podemos ver es que los tipos impositivos del IRPF se reducirían casi a la mitad para las rentas donde más se recauda. Siendo muy conservadores podríamos decir que la recaudación del IRPF se reduciría un 30%. Y este año eso serían unos 34.000 millones de euros.
La reducción del IVA es más complicada de estimar, quizá la caída no sería tal alta debido a que podría aumentar el consumo pero no sería de extrañar que se redujera en 10.000 millones al año. Y en Sociedades es todavía más complicado, pero también rondaría los 10.000 millones.
Por tanto, y siendo conservadores, podríamos estar hablando de una reducción de la recaudación de 50.000 millones de euros al año. Si alguien se piensa que se puede reducir ese gasto público simplemente reduciendo gasto superfluo es que no está bien en sus cabales.
El gasto público en España
No voy a negar que hay gasto público superfluo en España. Pero viendo las cifras desde arriba no hay duda: la mayor parte del gasto no es superfluo. Las grandes partidas son: Pensiones (casi 200.000 millones de euros al año, casi todo financiado por las cuotas de la Seguridad Social pero lo cierto es que hay transferencias desde los PGE); Transferencias a otras administraciones (básicamente Educación y Sanidad), 66.000 millones; Deuda pública, 33.000 millones (no creo que Vox quiera hacer un default); Prestaciones como incapacidad permanente o el IMV, 22.000 millones (quizá Vox quiera quitar el IMV, pero son 4.000 millones; no creo que quiera quitar la prestación de gente con incapacidad); Desempleo, 20.000 millones. Y de ahí para abajo.
Recortar es muy complicado, y si no que se lo digan al PP de Rajoy en 2012 que apenas pudo lograr nada. Meter un tijeretazo de 50.000 millones o más es simplemente inviable. Eso sí, nos encantas las soluciones mágicas: pagar menos impuestos sin ningún trade-off. Pero no es posible.
Reducir el gasto público en un país que envejece y que tiene cada vez más gasto en pensiones o sanidad es muy complicado sin meter un gran tijeretazo a muchos colectivos. Pero no veo a Vox diciendo que que para financiar su rebaja de impuestos va a recortar las pensiones o cerrar centros de salud y colegios. Por eso su propuesta es absurda.
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