Lo dije hace unos días y lo vuelvo a repetir ahora: no hemos aprendido absolutamente nada de esta crisis. Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de la Banca (AEB), ha manifestado hoy que la solución a todos nuestros males en España es muy simple: construir más casas y dar más créditos hipotecarios para evitar que las familias se queden sin vivienda.
Como lo leen. La receta mágica para salir de la crisis de este señor y, por ende, de la asociación que preside, no es otra que seguir paso por paso el mismo manual que nos ha llevado a la decadente situación económica actual: crédito y ladrillo para todos. Martín, en un momento de iluminación sin precedentes, se atreve a asegurar que este sería el camino adecuado para acabar con la exclusión social de nuestro país.
No se si os pasa a vosotros pero yo leo estas cosas y se me queda cara de tonto: o no me he enterado bien de lo que va la película o aquí nos intentan meter una vez más gato por liebre con el único fin de sostener el tinglado del ladrillo a costa de lo que sea. Ignoran que en España hay entre 700.000 y un millón de inmuebles vacíos. Aquello de “la vivienda nunca baja” ya forma parte de nuestro pasado. Los españoles han abierto los ojos y ahora sólo ven una situación de exceso de oferta inmobiliaria brutal. La gente no quiere casas porque está esperando a que los precios se hundan y toquen suelo.
Y por si no fuera suficiente lo remata llamando de nuevo al endeudamiento. Durante años el endeudamiento privado ha crecido a una tasa del 10 % anual por encima del PIB para pasar del 100 % al 200 % del PIB entre 2001 y 2008. Hemos traído dinero del futuro sin pudor con el único objetivo de ser más ricos en el presente. Actualmente, sufrimos un problema de deuda privada muy grave y el apalancamiento financiero para salir de esta situación será lento y doloroso.
Inflar la burbuja inmobiliaria de nuevo no es la solución, por mucho que a ciertos interesados se les haga la boca agua pensando en que el crédito barato vuelva a fluir por las arterias del sistema. Han llegado años de contención económica, de ahorrar antes de comprar y de ganar cinco y sólo gastar uno. Hasta que no comprendamos esto y nos curemos de humildad olvidando lo que fuimos en los años del “milagro español” no conseguiremos salir de este embrollo en el que nos hemos metido.
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