Alemania sigue batiendo récords

Hace tan solo unas semanas escuchamos que Alemania había cerrado el pasado ejercicio de 2010 con una tasa de crecimiento económico formidable, que su economía estaba mejorando su gap de importaciones/exportaciones, y justo ayer, presenciamos que acaba de batir su propio record de empleo, al superar los 41 millones de trabajadores.

Cada vez que escucho información sobre este país centroeuropeo, quedo cada vez más perplejo, ante un país que ha superado dos guerras mundiales, y que tras todas las zancadillas que por un motivo u otro le han hecho atravesar las circunstancias, está aquí de nuevo, mostrando su fortaleza y su capacidad de adaptación.

Si pensamos en las razones justificativas que hacen de Alemania una economía con un modelo único, estas son:

Anteposición de la ‘generación de valor’ ante el volumen, es decir, ha sido una economía que desde antiguo, y sobre todo desde la segunda revolución industrial, ha aportado constantes mejoras sobre sus procesos y tejido productivo, basando sus objetivos en la consecución de la perfección y de la calidad, con efectos muy positivos sobre sus exportaciones. Logrando deslocalizar de manera ‘inteligente’ aquéllos procesos más estandarizados y que son intensivos en mano de obra, hacia aquéllos países con una estructura de costes comprativamente más barata

Prudencia en la toma de riesgos y sostenibilidad financiera, con un modelo financiero que no se apoya tanto en el endeudamiento, como ocurre en el caso de los países mediterráneos y de la periferia europea. Con una gran capacidad de adaptación a las circunstancias económicas que sobrevienen en cada momento, sin renunciar en un ápice a su nivel de protección social. Marcando un comportamiento que no se limita al ámbito público, sino que también se da en el mundo empresarial y en las decisiones económicas domésticas

Toda esta mezcla de ‘valores’ económicos han posibilitado que Alemania salga victoriosa de todas las batallas económicas a las que se ha enfrentado. Quizás deberíamos aprender algo de estos ejemplares condicionantes, para así entender que el desarrollo y progreso a largo plazo, no depende tanto de la consecución de proyectos inmediatos, sino en alcanzar una estructura económica de fuertes raíces.

Vía | Cinco días
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Imagen | buenosairesprensa

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