Toda la Unión Europea ha entrado oficialmente en recesión y la macroeconomía ha entrado a ser cuestionada. El Producto Interno Bruto de los 27 estados cayó un 1,5% en el cuarto trimestre del 2008. Se trata del segundo trimestre consecutivo en que la economía de la UE decrece, después de registrar un crecimiento del 0,0% entre abril y junio de 2008, por lo que ya cumple con la definición técnica de recesión, que implica dos trimestres seguidos de contracción.
El PIB de Alemania, la principal economía europea, se contrajo un 2,1%, siendo éste el peor dato en dos décadas, mientras la economía de los 15 países del euro decreció un 1,5% en los tres últimos meses. Por el momento, de las cinco grandes economías de la UE, la francesa es la única que se salva de la recesión. Pese a haber decrecido un 1,2% entre octubre y diciembre, en el tercer trimestre de 2008 creció un 0,1%. Alemania e Italia llevan tres trimestres con el PIB en retroceso y España y el Reino Unido dos.
El mes pasado el gobierno alemán predijo una caída del PIB del 2,25% para el 2009. Dado que la economía Alemana depende en gran medida de las exportaciones, con la recesión global ahora hay menos clientes dispuestos a comprar maquinaria, coches o productos químicos alemanes. Esto ha llevado al gobierno que dirige Angela Merkel a enfrentar la peor recesión en 60 años.
En España, el PIB se contrajo un 1% entre octubre y diciembre, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), con lo que se confirma la entrada en recesión de la economía española, algo que no sucedía desde hace 15 años. La economía italiana se contrajo un 1,8%, el peor dato desde 1980, y la de Francia decreció un 1,2%
La contundencia de estos datos demuestra algo que muchos de nosotros hemos venido adviertiendo desde hace 18 meses, cuando en agosto del 2007 comenzaron a hacerse evidentes las fracturas del sistema. Es increíble lo poco que se ha avanzado en año y medio y la porfía de algunos sectores de la ideología política y económica (todo termina siendo ideología finalmente, pero hay que ver hacia qué lado apunta, si al enriquecimiento de un puñado, o el bienestar de la mayoría) en establecer propuestas claras para salir del atolladero. Hasta octubre (hace apenas 4 meses), el grupo que lidera el Nobel Gary Becker, señalaba que no había recesión alguna, por lo que todo este intervencionismo era injustificado.
Esta recesión sincronizada de la economía global amenaza con ser la más fuerte en cien años, pese a que una buena parte de la teoría económica argumentó que una vuelta a momentos como el de la Gran Depresión era imposible dado el aprendizaje y el dominio técnico de la economía. Su repetición, no obstante, deja todo eso en entredicho y la macroeconomía ha pasado a ser completamente cuestionada. Incluso en algunos círculos académicos se señala que la Economía debería circunscribirse a la microeconomía (la empresa y el consumidor, dado que ahí funciona) y dejar la macroeconomía a especialistas no solamente económicos, lo que puede resultar excesivo.
Sin embargo, y como lo vimos en un artículo anterior, el problema es que la economía se ha negado a evolucionar, manteniéndose a lo Peter Pan, e incluso in-volucionando al no considerar los caracteres centrales del inventor de la macroeconomía que fue justamente John Maynard Keynes, quien detectó hace 90 años que el sistema económico no podía autorregularse solo. Las tesis que desde 1947, tras la muerte de Keynes, comenzaron a proponer lo contrario, le han jugado esta noche negra a todo el planeta.
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