Un ordenador, una conexión a internet y muchas buenas ideas son los ingredientes necesarios en esta nueva era digital para crear un negocio exitoso. Es una de esas máximas que se repiten una y otra vez y que, en el fondo, son una patraña. Y no sólo es una mentira flagrante, sino que resulta arriesgado trasladarlo por el mensaje que subyace. Especialmente porque no se le da importancia a algo fundamental y que, en demasiadas ocasiones, se nos está olvidando: los ingresos.
Quizás si pensamos en esa ausencia de ingresos, o, al menos, en la cantidad justa que justifique al valor de la empresa, nos venga a la cabeza el caso de las grandes redes sociales y su dificultad para encontrarlos. Es ahora, después de que Facebook se diera el batacazo en bolsa por unas excesivas expectativas y de que otras compañías fueran valoradas en unos desorbitados términos, cuando se han dado cuenta de que o los generan o su crédito como negocios solventes puede irse al traste.
Hoy leía un post de los compañeros en Sintetia que analiza en profundidad ese riesgo ante una posible burbuja del ‘emprendedurismo’ con la que, con toda seguridad, no saldremos de la crisis. En el artículo, hablan de lo frágiles que son los ingresos en el grueso de las compañías creadas en internet, basado no sólo en una escasa cultura del pago por servicios que, en la mayoría de los casos, son intangibles, sino en una publicidad que está, cada vez, más inaccesible para el común de los proyectos empresariales.
Y no puedo estar más de acuerdo. Nos estamos olvidando, de nuevo, de lo importante para que un negocio sea estable y perdurable en el tiempo: los ingresos. Una idea empresarial puede ser muy innovadora, puede resultar sumamente atractiva, pero si no consigue que la inversión (ya sea económica o, en forma de tiempo) reciba un retorno superior que la haga sostenible tiene los pies de barro.
El foco ha pasado de estar sobre los ingresos a estar, en muchas ocasiones, sobre los usuarios. Muchos negocios en la red, fundamentalmente del segmento del 2.0, están priorizando la creación de una enorme audiencia, sin reparar en cómo rentabilizarla, en cómo construir un modelo de negocio claro con el que convertirla, a la postre, en dinero.
Se está haciendo mucho daño con ese mensaje demasiado simplista sobre los negocios en internet y la facilidad para emprender en ese ecosistema para llegar lo más lejos posible ante la ausencia de fronteras. La ‘burbuja’ se sigue haciendo, cada vez, más grande y, en algún momento, los ingresos deberán recuperar su papel protagonista. Esperemos que no sea demasiado tarde.
En El Blog Salmón | Los gigantes 2.0 siguen en busca de ingresos para sostener su negocio, Las ocho preguntas críticas para los emprendedores emergentes Imagen | Fosforix