Cuando un trabajador del conocimiento trabaja su conocimiento se suele incrementar, sus ideas mejoran con la experiencia. Algunas empresas desean controlar ese conocimiento, poniéndolo en pequeños tazones de donde no se pueda sacar.
En la práctica esto es imposible, pero también parece imposible que muchas empresas y personas lo asuman. No hay más que ver la cláusula de un contrato de Raúl en la que se empeñaba en que el trabajador no sacase ninguna idea de la empresa.
Me parece absolutamente inútil, voy a poner un ejemplo, un directivo de marketing me contó hace tiempo que lo primero que le preguntaba a los nuevos trabajadores es cual era la estrategia de la empresa.
Es cierto que la empresa puede poner un montón de cláusulas en el contrato y más tarde demandar, pero seamos claros, es un proceso largo, costoso y muy difícil de demostrar. Además el daño estará hecho.
Creo que la mejor forma de defenderse de algo así es no parar de generar conocimiento, de no parar de innovar. Si se va un empleado, la segunda empresa siempre estará un paso por detrás de la primera porque entre el cambio la primera ya ha subido otro escalón.
Vía | Vida de un Consultor Más información | Blog de Rosabeth Moss Kanter en Harvard Business Review Imagen | Archie4Oz, Flickr