Yo entiendo que a las empresas les gusten las máquinas. No se cansan, no piden subidas de sueldo y siempre tienen el mismo humor, ni bueno ni malo. Además, son más baratas y cometen menos errores. Por lo que es normal que desde una óptica coste y beneficio las máquinas nos ganen.
No obstante como consumidor, en general, me gusta tratar con personas. Soy un ser gregario, al igual que la práctica totalidad de la humanidad. y en ocasiones demasiadas máquinas nos aíslan un poco. Alguna empresa intenta crear una ventaja en la cabeza del consumidor de este modo.
No obstante a veces me da la sensación de que hay empresas que no conocen el límite. En este caso me refiero a la realización de encuestas. Obviamente hacer una encuesta es caro, requiere tiempo y dinero. Mucha gente trabajando en ello, que es cara. Supongo que por empatía suelo responder a las encuestas, sé lo difícil que es para las empresas de estudios de mercado y departamentos de marketing obtener información.
Pero cuando los consumidores responden a una encuesta, le están haciendo un favor enorme. Le están dando su tiempo, que suele ser bastante escaso. Visto el favor que le hacen a la empresa (que no tendrían que hacerlo) ya de paso no estaría mal que los traten un poco mejor, dándoles un poco de trato humano. Recientemente he recibido una llamada de un operador de telecomunicaciones (del que no soy cliente), pidiéndome mi opinión sobre sus servicios. Colgué por dos motivos, uno que no soy cliente, dos que no me llamó una persona, sino una máquina.
No tengo ni idea de cómo se sentirá un cliente cuando le llamen, pero a mi me dio la sensación de que no valoran mi opinión lo suficiente, y si no la valoran, pues no tengo mucho interés en dársela.
PD: tengo una opinión completamente distinta de las encuestas por Internet, uno las responde cuando quiere, al ritmo que quiere, las puede dejar a medias, etc.
Imagen | prcsilas, Flickr