La Audiencia Nacional le ha ha hecho un Mediamarkt a Rodrigo Rato al recordarle mediante auto que "él no es tonto". La comparecencia de Rodrigo Rato en sede judicial se resumía en que él no sabía nada, que él pasaba por allí y que el invento de las tarjetas blacks "era de otros" no de él.
La Audiencia Nacional le ha dado un señor repaso, puesto que no ha colado que no conociera el asunto de las tarjetas cuando era el presidente de la entidad y tenía una en la cartera, no ha colado el asunto de la tributación de las mismas, no ha colado tampoco la cuenta contable para declarar estas salidad de dinero (cuenta de quebrantos y errores) y por supuesto, no ha colado tampoco que no se supiera que se tuviera que declarar. La AN ha dejado claro que esto es un sistema retributivo encubierto a la Asamblea de la caja, opaco para Hacienda, que no ha seguido los cauces legales de la Ley de Cajas, ley de sociedades y resto de legislación tributaria y que sencillamente, las tarjetas blacks son lo que todos sabemos lo que son: pagos salariales no sujetos a tributación ni a control alguno.
Rato va a salir muy mal parado de este asunto y siempre quedará la duda del alcance de esta práctica en otras entidades de tamaño importante. Como se esperaba, el consejo ejecutivo de Caja Madrid y Bankia, tienen toda la responsabilidad del mundo en este asunto, hasta el punto que son varios los delitos en los que se incurren y que todos ellos suman prisión si finalmente son condenados.
Ya está bien de que nos tomen por tontos, se hagan los tontos y nunca nadie sepa nada ni tenga responsabilidad alguna. Sigamos esperando a la sentencia que promete ser bastante interesante.
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