Una tabla con el total del nocional de los derivados que tienen los bancos de EEUU ordenados de más a menos está apareciendo en redes sociales. Los que la comparten la utilizan para decir que al sumar el total una cantidad absurda (mil billones de dólares), la economía está a punto de reventar. Eso no es cierto, solo demuestra la ignorancia de cómo funciona de verdad el sistema financiero mundial.
Empecemos porque la cantidad de derivados que tiene cada banco no es secreta, sino bien conocida por las autoridades. Además el modo de valorarlo (sumando el nocional) no dice mucho, ya que es sólo uno de los factores que se utilizan para calcular los pagos asociados al derivado financiero.
El nocional de los derivados que tiene cada banco no es un secreto
Desde la crisis financiera de 2008 los bancos tienen que reportar sus posiciones a “trade repositories” o repositorios de operaciones. Aquí se pueden consultar un listado de los aceptados por ESMA, la autoridad europea de finanzas.
En concreto esta tabla que ronda por redes sociales estoy seguro de que viene de los reportes públicos que dan las propias entidades, que se puede encontrar con una sencilla búsqueda en Google, es decir es una información muy sencilla de obtener, ninguna de las cuentas de Twitter donde has podido verla ha conseguido información confidencial.
El nocional de los derivados no es más que la cantidad de referencia sobre la que se calcula el valor del derivado. Pensemos en un seguro de vida, la cantidad asegurada es lo que se le dará a los beneficiarios en caso de fallecimiento del asegurado, pero si la aseguradora tiene a mil clientes asegurados por un millón de euros, no significa que deba mil millones de euros a los beneficiarios, sino que ganará o perderá según lo bien que haya calculado las primas. Con los derivados sucede algo parecido. Es una cantidad de referencia, pero no significa que sean una deuda.
Antes hemos dicho que saber el nocional de la operación no es información suficiente para saber el riesgo de la misma. Volviendo al ejemplo de los seguros de vida, la indemnización de un millón de euros no nos dice mucho sobre el riesgo de una póliza de seguros. Asegurar a una mujer de 20 años que practica deporte con moderación es mucho menos arriesgado que asegurar a un hombre de 70 que es fumador desde los 15. Incluso aunque la indemnización sea la misma. Con los derivados financieros sucede lo mismo, hay muchos más factores a considerar.
Además una práctica habitual es que los derivados se contratan “hedgeados”, es decir, cubiertos. ¿Qué quiere decir esto? Que si un “trader” de un banco contrata un derivado es con la intención de cubrir una posición que ya tiene (tal vez en otras inversiones como un derivado de tipos de interés o hipotecas) o de cubrirse esa posición en el futuro. Es decir, si tiene un derivado que le hace pagar flujos de mil euros mensuales, intentará haber obtenido otros que le hagan recibir flujos equivalentes (por ejemplo ocho pagos de cien y uno de doscientos) y llevarse una comisión con la diferencia.
Existen límites a los derivados que puede tener un banco, y mecanismos para reducir el riesgo de los mismos
Esta tabla muestra algo que es bastante de esperar, cuanto más grande sea un banco, más derivados tiene. Es normal, ya que la capacidad de un banco para contratar está, por sentido común y más importante, regulatoriamente limitada por el capital que tiene. Cuanto más grande sea la firma de servicios financieros, es decir, más capital tengan en él los accionistas, más capacidad de contratar (derivados, hipotecas, préstamos personales, etc) tienen.
Pere este no es el único mecanismo que limita la capacidad de contratar del cada trader. Los bancos tienen departamentos de riesgos especializados en controlar que las posiciones abiertas no se salgan de madre. Si un trader opera demasiado o sus operaciones tienen demasiado riesgo, se le bloqueará su capacidad de contratar por el departamento de riesgos de la firma de inversión. No vamos a entrar en cómo calculan los riesgos los departamentos correspondientes de la banca, pero sí que se vigilan varios tipos de riesgos y está regulado como deben hacerlo (son métodos bastante sifisticados).
Adicionalmente, por si estos mecanismos internos fueran insuficientes, existen otros mecanismos para reducir el riesgo de la posición que pueda tener un agente financiero. El primero son las cámaras de contrapartida central. Existían antes de la caída de Lehman Brothers, pero a partir de entonces se ha hecho más esfuerzo por parte de los legisladores (en Europa, EEUU y Japón) para que un mayor porcentaje de la operativa pase por este tipo de servicios. En resumen, las cámaras garantizan que si una de las contrapartidas no es capaz de hacerse cargo de sus obligaciones, ellas se harán cargo. Para ello exigen a ambas contrapartidas garantías y tienen cuantiosos fondos esperando a ser usados si las garantías de la contrapartida fueran insuficientes.
El otro mecanismo es para la operativa que no pasa por cámaras, esta es colateralizada. Eso significa que las empresas de servicios financieros cubren esta operativa con sus contrapartidas consignando garantías que podrán ser ejecutadas en caso de que una de las dos se encuentre en una situación de impago. Es decir, en caso de que uno de la cadena falle, ha tenido que aportar garantías que cubran totalmente o buena parte de su posición. Es un poco como cuando un banco nos pide una vivienda como garantía para ejecutar en caso de no pagar la hipoteca o una casa de empeños nos pide un anillo de oro para prestarnos dinero. Por tanto no pensemos en fichas de dominó, hay “amortiguadores” entre una ficha y otra que hace que si una cae, el resto no la hagan.
Podemos discutir sobre si estos mecanismos (internos y externos) son suficientes y adecuados, sobre si el riesgo está bien cubierto o no. Pero no podemos sumar el nocional de los derivados y decir “es una cantidad muy grande, es una burbuja”, al igual que no pensaríamos que todas las aseguradoras de coches están a punto de quebrar porque hay muchos coches aparcados en la calle.
Así que la próxima vez que vean que alguien argumenta que el sistema financiero mundial es un montón de fichas de dominó a punto de caer usando como argumento la suma de todos los derivados del sistema financiero ríanse en su cara. No importa los títulos o certificaciones que diga tener, sólo demuestra su ignorancia.
Pregunta a los lectores ¿con qué más factores intentan asustarnos en redes sociales?