Hace unos meses, antes de que tuviera lugar la primera subida de tipos en esta crisis económica, les hablaba en estas páginas sobre el gran problema que tiene el Banco Central Europeo (BCE), para instrumentalizar una política monetaria que de cabida a un grupo heterogéneo de países que atraviesan fases distintas del ciclo económico.
A pesar de que el grupo de países más débil de la Eurozona es el que ha registrado un mayor calentamiento de los precios en los últimos trimestres, también son los más perjudicado tras las dos últimas subidas del precio del dinero que ha llevado a la tasa de descuento al 1,5%, con innumerables consecuencias negativas tanto para particulares y para las empresas.
Llegado este momento, el BCE ha de engrasar su maquinaria porque ha de contentar a los países más poderosos de la Eurozona, que son Francia y Alemania, que han comenzado a despegar en el plano económico, y al mismo tiempo poner facilidades para que los 'países periféricos' consigan salir del colapso.
Desde la llegada del Euro en el año 1999, no nos hemos encontrado un escenario tan complicado, razón por la que la cohesión económica europea ha avanzado sin cortapisas, y por tanto, ahora se ha de luchar con este doble objetivo. Teniendo en cuenta el peso que tiene cada país en la unión monetaria, resulta muy obvio pensar que el BCE atenderá el apetito financiero de alemanes y franceses, pero a la vista de los últimos acontecimientos, tampoco se puede 'ahogar' más a las economías periféricas, y menos aún a las que se han ayudado mediante un rescate.
¿Seguirá siendo la estabilidad de precios el objetivo insalvable del BCE, o dará una tregua a los países que se encuentren en una peor situación relajando su principal objetivo? No nos engañemos, si relajamos el control de la inflación las consecuencias serían mucho peores, muy a pesar de lo duro que sean las sucesivas subidas de tipos para muchos.
En El Blog Salmón | El BCE no decepciona y sube los tipos de interés al 1,5% Imagen | reidrac