Ideas de trading: Pues no, la “bolsa” no sube siempre

Un clásico entre los clásicos del mundo de la inversión es el manido, “tranquilo, si la bolsa sube siempre”. Bien, algo de razón sí tienen esas palabras, pues la bolsa sube siempre, con una única excepción: cuando baja. Este comentario de perogrullo, es en muchos sentidos la piedra filosofal del trading.

En los inicios como trader, me resultaba realmente frustrante no ser capaz de obtener dinero en un producto que tenía una probabilidad del 50% de aciertos: en cada decisión de compra o venta, el precio podía simplemente ir a mi favor (50%) o en mi contra (50%). Por alguna extraña razón, las veces que iba en mi contra siempre eran superiores al 50%. Pero, ¿cómo es posible?

Seguro que has oído hablar del conocido sistema de “tirar una moneda al aire”, y ponerte largo (comprar) si sale cara, o corto (vender) si sale cruz. Las probabilidades nos dicen que con ese sistema tenemos una esperanza matemática de cero a largo plazo, y eso puede significar que haya rachas ganadoras, por supuesto. Pero en el trading hay un factor distorsionador que es el que hace volar por los aires todos estos números: la gestión monetaria.

Partiré de la base, en la que espero que estés de acuerdo, que no se puede entrar a ninguna operación sin colocar un stop loss que limite el riesgo que estás dispuesto a asumir en ella. Para aclarar lo que pretendo explicar, pongamos que ese riesgo lo cuantificamos en 100 euros. Es decir, si la operación en la que he entrado se va en mi contra 100 euros, cierro la posición automáticamente y asumo esos 100 euros de pérdida.

Por otro lado, supongamos que cuando entro en esa operación, lo hago con un objetivo de ganancias determinado y preestablecido desde el momento en el que doy al botón de comprar o vender. Imaginemos que esa cifra es de 200 euros. Supongo que ya ves por donde voy: si cuando gano, gano 200, y cuando pierdo, sólo pierdo 100, con ese porcentaje de aciertos del 50% que me da la moneda, tengo una esperanza matemática de mi sistema positiva.

Cada 10 veces que tire la moneda, acertaré 5, y fallaré 5. Pero al transformarlo en euros, mis operaciones ganadoras me reportarán 1.000 euros, y las perdedoras sólo me supondrán 500 euros. Es decir, ¡acabaré ganando 500 euros! Dicho así, ganar dinero con el trading parece la cosa más sencilla del mundo, ¿verdad? Entonces, ¿qué sucede en realidad?

Pues la realidad es tan dura como que a medida que operas en un espacio temporal más pequeño (y entenderás por qué tienes que hacerlo así), los movimientos aleatorios del precio son más acusados. En el argot del trader, se dice que estás operando el ruido, y operar el ruido no es sólo difícil, sino que puede resultar muy poco rentable. De este modo, sucede que aunque efectivamente el precio acabe moviéndose a tu favor, antes ha realizado un pequeño movimiento de corrección que ha hecho saltar tu stop loss. Y eso es muy frustrante: ver como el precio hace exactamente lo que esperabas que hiciera, pero contigo fuera de la operación y habiendo asumido tu pérdida.

En resumen, que el sistema de la moneda puede ser válido en el largo plazo si operas sin stop loss, pero "operar sin stop loss" y ese "largo plazo" no son compatibles en el trading. Una única operación perdedora puede destrozarte la cuenta y dejarte sin opción de tomar más operaciones. Y sin operaciones, no hay largo plazo. Y sin largo plazo, las probabilidades no pueden jugar a tu favor. ¿Verdad que todo esto empieza a sonar ya algo más difícil?

Por lo tanto, la verdadera clave para lograr aspirar a una consistencia en los resultados positivos, radica en encontrar un sistema o manera de operar que, dado un nivel de riesgo determinado por el dinero de tu cuenta, dé unos porcentajes de acierto lo suficientemente buenos como para tener una esperanza matemática positiva. Esto que se dice en una frase más o menos larga, no es algo para nada evidente de conseguir, y hay que sudar sangre y perder dinero por el camino para acabar lográndolo.

Ya tienes la foto de por qué es tan complicado el trading: como la mayoría empieza con cuentas relativamente pequeñas, se ve obligado a operar en gráficos temporales muy pequeños (inferiores a 5 minutos) para poder colocar sus limitados stops loss con un mínimo rigor técnico. Esto conlleva operar gráficos con mucho ruido. Y sí, operar gráficos con ruido y stops ajustados, hace que obtener porcentajes de acierto interesantes sea algo más complicado que simplemente tirar una moneda al aire. Y ni he mencionado en este artículo la parte emocional, que también se las trae... aunque otro día hablaremos de eso.

Imágenes | Wikimedia, Pixabay

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