La represión financiera comenzó a aplicarse en Italia con efecto retroactivo desde el 1° de febrero. Italia gravará todas las transferencias financieras provenientes del exterior en un 20 por ciento, y sólo cuando los ciudadanos sean capaces de demostrar que estos fondos no están vinculados al lavado de dinero, se les devolverá. Es decir que desde hace dos semanas todos los italianos son potenciales lavadores de dinero hasta que se demuestre lo contrario. Cruel paradoja. Mientras la prensa instala a todo estruendo que la recuperación es un hecho consolidado, lo que ocurre en la trastienda es todo lo contrario: los países europeos comienzan a dar forma al régimen de la represión financiera sugerida por el FMI y que señalábamos en este post. Italia se convierte en el primer país en aplicar estas medidas que pueden resultar un arma de doble filo. Como indica con todo detalle la web italiana Il Sole, esta medida regulatoria se aplicará sólo a los individuos y no a las empresas. Cada transferencia de dinero será gravada en un 20 por ciento y los bancos deberán vigilar e informar estos movimientos al Ministerio de Hacienda. Con esto se pretende reducir el lavado de dinero y dar un duro golpe a la mafia italiana, aunque todos sabemos que "hecha la ley, hecha la trampa", y no faltarán artilugios para burlar la nueva normativa.
Las deducciones se aplicarán automáticamente y formarán parte de los pagos de impuestos por adelantado. El titular de los fondos podrá solicitar la devolución del dinero previa comprobación de que dicho ingreso es completamente legal. En este proceso los bancos desempeñarán un papel crucial dado que deberán recibir y evaluar las declaraciones del contribuyente, informando de todas las entradas de dinero desde el exterior. Esto es algo que despierta muchos miedos y suspicacias. Por ejemplo, si un rentista italiano recibe el pago del alquiler de una propiedad que tiene en otro país por esta vía ¿Se le retendrá también el dinero? Por cierto que sí, a menos que tenga declarada la propiedad que posee en el exterior.
Este es el primer paso que da Italia en el camino a la transparencia en el ingreso de los contribuyentes italianos. Hasta el momento ha imperado la opaca nube de lo ilegal que ha permitido a muchos evadir impuestos y burlar los controles de Hacienda. Con esta medida se pretende descorrer ese velo que procrea la corrupción, el lavado de dinero y la evasión fiscal. Sin embargo, también es permeable a todo ello dado que deja muchos vacíos y confusiones y muy pronto emanarán los artilugios para evadirla. Bastará con abrir cuentas en países de la zona euro que aún no se hacen eco de estas medidas para burlar los controles, o simplemente abrir una cuenta en los paraísos fiscales europeos que aún ofrecen plenas garantías. El resultado final, si Italia adopta esta rudeza de los controles de capitales en solitario, puede ser aún más perjudicial para la propia Italia dado que el contribuyente podrá encontrar otros caminos para mover su dinero. Muchos países europeos aún tiene vendas en los ojos y cuando se trata de dinero no tiemblan en traicionar al vecino.
Más información | Il Sole, Corriere Della Sera En El Blog Salmón | Confiscación de depósitos, inflación y represión financiera: la receta del FMI para salir de la crisis