La empresa de rating, Moody's acaba de reducir el rating de la deuda de Grecia a Caa2 de Caa1, con perspectiva negativa, que es cuando estiman que el siguiente movimiento más probable será una reducción más del rating. Además, han bajado el rating de sus bonos a B3 de Ba3 y han reducido sus ratings de los depósitos bancarios a Caa3 de Caa1.
La reducción del rating de los bonos dicen que es porque ha aumentado el riesgo del Grexit, que Grecia se marche del Euro en caso de suspensión de pagos soberano. La reducción del rating de los depósitos refleja la preocupación de que se vea una congelación de los depósitos.
Los principales impulsores de esta reducción de rating nos dicen que se resume en los siguientes elementos:
- La alta incertidumbre sobre si el gobierno de Grecia llegará a un acuerdo con los acreedores oficiales a tiempo para cumplir con los próximos pagos de la deuda comercial.
- Incluso si se llega a un acuerdo, existen importantes riesgos de implementación del programa que se acuerde de financiamiento a mediano plazo, incluso si se alcanza un acuerdo, dado que la economía griega está debilitada y que hay un ambiente político interno frágil.
- La perspectiva de la calificación negativa refleja la opinión de Moody que el balance de riesgos económicos, financieros y políticos en Grecia se inclina a la baja.
En la nota de prensa vinculado nos explican en más detalle su razonamiento.
Cuando se ve una reducción de rating en general, normalmente se preocupa que esto impactará en las posibilidades de conseguir deuda en el mercado y, también, tienen un impacto negativo sobre el coste de financiarse, la prima de riesgo.
Como Caa1 ya estaba por debajo del umbral importante de investment grade (bonos consideradas de riesgo aceptable y donde casi todos los inversores pueden invertir), es decir, que son inversiones junk (inversiones que son consesideradas de muy alto riesgo con muy limitado número de inversores), otra bajada y media de rating no espero que impactará mucho en la situación de Grecia.
Supongo que no hay mucha más preocupación en los despachos de Atenas por esta nueva situación, que cambiará radicalmente el momento de que lleguen a una acuerdo con las autoridades europeas.
Las autoridades europeas deben entender que problemas económicos que han durado décadas en causarse y en aflorar no se pueden resolver en unos años, y no se debe intentar que se resuelvan en unos años.
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