Nadie da duros a cuatro pesetas

Hay una frase del refranero español que reza que: ‘Nadie da duros a cuatro pesetas’. Una afirmación, que como en infinidad de campos, también tiene cabida en las finanzas, al advertirnos que si algo tiene su precio, ningún individuo racional nos lo ofrecería sin obtener un lucro económico, o al menos sin perder dinero por ello.

Desde antiguo se ha dicho que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces en la misma piedra, siendo justamente esto lo que ha sucedido con los pagarés del holding empresarial Nueva Rumasa.

En los últimos años dicho holding lanzó una campaña publicitaria muy agresiva con la intención de captar al mayor número de inversores posible que suscribieran sus pagarés corporativos, utilizando como gancho la posibilidad de invertir en un renombrada empresa, y sobre todo una golosa rentabilidad del 8% anual, una bicoca que no pasaba ni mucho menos desapercibida, en un entorno de desprendimiento de la cotización de muchos valores bursátiles, de tipos de interés en mínimos históricos, y de deterioro progresivo del entorno económico.

Lo que está ocurriendo en los últimos días en Nueva Rumasa guarda un parecido bastante razonable con lo sucedido a las inversiones en las sociedades Afinsa y Forum Filatélico, con las que muchos inversores particulares, pequeñas empresas y negocios se fueron a la bancarrota. Y casi cinco años más tarde vuelve a repetirse, por la misma causa, el dinero fácil, el egoísmo y la ignorancia de algunos.

Aún debemos tratar este asunto con alfileres, puesto que aún no hay nada cerrado, solo que muchas de las empresas que componen dicho holding se encuentran en una situación pre-concursal. Pero a día de hoy, ya hay una parte importante del colectivo de avispados inversores que se están organizando para pedir una indemnización al Ministerio de Consumo en caso de consumarse el temido ‘default’, cuestión que no deja de sorprenderme, cuando aún tenemos muy presente lo sucedido tiempo atrás, y que sea el citado ministerio el que asuma las competencias en este tipo de asuntos.

Cuando se producen acontecimientos de este tipo surge la tendencia natural de los inversores ‘dolidos’ buscando consuelo en el Estado esperando su responsabilidad subsidiaria, que bajo ningún concepto sería lícita ni justa con el resto de inversores, máxime en un ‘producto’ que ya sembró serias dudas desde el comienzo de los tiempos.

En El Blog Salmón | ¿Tienes pagarés de Nueva Rumasa? Tiembla
Imagen | robhowells87

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