Hace tan solo unas semanas analizamos en estas páginas los esfuerzos que está llevando a cabo la economía griega para cumplir con la hoja de ruta marcada por la Unión Europea tras el rescate financiero cuyo aniversario está a punto de cumplirse. A pesar de ello, los mercados, y en particular los especuladores, no dejan de atacar a su economía con el objetivo de alterar la materialización de sus esfuerzos, y proporcionar un golpe de efecto para tratar de desestabilizar a la zona euro.
Teniendo presente esta realidad, me pregunto: ¿qué hay detrás de los ataques a la economía griega? Pues sencilla y llanamente, un intento de desestabilizar al mayor área económica de la economía mundial, la Eurozona. Como si se tratase de un juego de estrategia al uso, en el que se ha de atacar al enemigo por el ‘flanco más débil, encarnándose esta debilidad en los países periféricos como Grecia, Irlanda, Portugal, y también España.
Grecia, desde los inicios de la crisis de la deuda soberana, ha sido la punta del iceberg, la cabeza visible del desequilibrio entre ingresos y gastos, y también de la dimensión y la magnitud del problema de la insostenibilidad de determinados niveles de deuda, tras los desequilibrios financieros y de determinadas cargas derivadas del Estado del Bienestar.
En mi opinión, la zona Euro, y por extensión la Unión Europea, es un área lo suficientemente desarrollada como para plantar cara a este tipo de desafíos, que no hay que entenderlos como crisis del propio sistema, sino como hitos que se tienen que superar para lograr su consolidación definitiva, dentro de un proceso de integración regional, en el que se ha logrado culminar la integración económica, pero que aún queda mucho que avanzar a pesar de los rumores y los propios desafíos.
En El Blog Salmón | El impago de deuda de Grecia, sobre la mesa
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