Poco empleo ofertado para mucha demanda. Contratos ‘troceados’ y a repartir entre los que aguardan. Es lo ocurrido hace una década en Alemania y ahora ese ‘boomerang’ parece volverse contra ellos. Mientras eso ocurre, en España el tiempo parcial se impone y los empresarios reclaman manos libres para hacerlo extensible. A las puertas de muchos más cambios en lo laboral, ¿se tropezará en la misma piedra?
Lo que ocurre en grandes países desarrollados del mundo acaba llegando a España con cierto retraso. No sólo se da en tendencias tecnológicas o modas, si no también en decisiones de calado como las que tienen que ver con el mercado laboral. Porque justo una década después del comienzo de los ‘mini-jobs’ en Alemania y en pleno debate sobre si, realmente, son la panacea que se defendió, España se prepara para recorrer ese mismo camino.
Más tiempo parcial
Hace algo más de un mes, el diario Cinco Días ofrecía datos que confirmaban una tendencia evidente: menos contratos temporales a jornada completa para apostar por el tiempo parcial. Mientras que el empleo temporal ha caído un 40% desde 2008, los empleos con jornada parcial crecieron un 13% desde esa misma fecha.
Flexibilidad para la contratación y menores costes laborales son las justificaciones que se plantean desde el lado del empresariado. Una flexibilidad que, a tenor de esas estadísticas, no es perseguida por el trabajador: antes de la crisis, tres de cada diez de los que trabajaban a media jornada era porque no conseguían un puesto a jornada completa, mientras que ahora asciende a un 60%.
CEOE, un paso más
Con esa tendencia en el horizonte, desde la patronal se pretende dar aún mayor peso a esta contratación a tiempo parcial y confirmar así ese modelo de ‘Más empleos, menos horas’. Así, la pasada semana salieron a la palestra para reclamar, en un documento titulado ‘Las reformas necesarias para salir de la crisis’, que se puedan “imponer” contratos a tiempo parcial a trabajadores con jornada completa.
Es, por tanto, un intento claro por sustituir los contratos temporales por indefinidos pero a tiempo parcial. Un intento por tener manos libres para imponerlos, puesto que las causas que plantean para ello son económicas, técnicas, organizativas o de producción. Es decir, por cualquier motivo que tenga que ver con la actividad empresarial diaria.
Situación de Alemania
Todo ello, se da de manera paralela al proceso de Alemania, que instauró los conocidos como minijobs hace ahora justo diez años. El objetivo era reducir los más de 5 millones de desempleados que había en el país germano en ese 2003 y se introdujo un contrato parcial, con un salario mensual máximo de 400 euros netos y una dedicación máxima de 15 horas.
El efecto sobre el empleo no se hizo esperar y las grandes cifras se redujeron de forma considerable. Sin embargo, existe un efecto perverso que es reconocido por el propio Instituto de Investigación para el Mercado de Trabajo y Profesional: se empiezan a utilizar por las empresas para sustituir de forma alarmante empleos a tiempo completo. En pequeñas empresas (inmensa mayoría del tejido español) y en sectores como la hostelería y el comercio (con importante peso en la economía de nuestro país).
Más cambios en la reforma
Con todos estos ingredientes, el Gobierno se dispone a plantear una nueva reforma laboral, más allá de meros retoques, o al menos una modificación sustancial. Incluyendo algunas de las recomendaciones de los organismos internacionales, como el propio FMI con la rebaja de salarios de hasta el 10% o la mayor flexibilidad (o precarización) del mercado.
Las consecuencias del principio 'Más empleo, menos sueldos, más precarización' ya están sobre la mesa en Alemania, el espejo en el que muchos obligaban a mirar. Hay preocupación por esa utilización de esos ‘mini-jobs’ para sustituir a contratos a tiempo completo. ¿Caerá España en el error de la medida ‘fácil’ para reducir las alarmantes cifras de paro? ¿Repetirá el guión seguido en el país germano? ¿Nos arrepentiremos de haber seguido los mismos pasos?
En El Blog Salmón | El Gobierno abre de par en par las puertas a la llegada de los minijobs, ¿Salarios de 400 euros para acabar con el paro?, algunas consideraciones Imagen | La Moncloa