Tal y como ya comenté, este formato de despido objetivo era el sistema equivalente a despido a 20 días para todos y que se creaba una gran inseguridad jurídica en el mercado laboral, tanto para el trabajador, como para el empresario. No obstante, la modificación que se introduce, contradice ampliamente el espíritu de la propia enmienda introducida y en esta tesitura, sólo se consigue marear más la perdiz y perder el norte en el debate real sobre el mercado laboral. El problema no está en el coste del despido, sino en la poca flexibilidad del mercado, en la medida que tenemos del salario referenciado siempre al tiempo y en la falta de medidas de entrada rápida de trabajadores, generada básicamente por la poca movilidad laboral de nuestro país y por las dificultades de formación para determinados puestos de trabajo. Además, creo que los sindicatos se han obcecado en un modelo de despido pasando por alto el contrato basura para jóvenes que contempla la propia reforma. ¿Qué es mejor, mucho despido y contratos basura o contratos homogéneos que permitan salarios dignos?
La reforma laboral no está funcionando, basta con ver los datos del paro mes a mes y seguimos debatiendo si el problema es pagar 20 días o 45 días de indemnización cuando la antigüedad media de muchos trabajadores no llega siquiera a los cuatro años o más aún, cuando el 50% de las empresas han desaparecido a los cinco años de su creación. No estamos focalizando los problemas del mercado laboral en el sentido adecuado y dificilmente la reforma ayude para nada que no sea marear la perdíz.
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