El peor consejo cuñado que te pueden dar en España. "Estudiar una carrera no sirve para nada"

El peor consejo cuñado que te pueden dar en España. "Estudiar una carrera no sirve para nada"
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Navegamos entre redes sociales y medios que buscan titulares llamativos y opiniones rápidas. Es posible que las profesiones para toda la vida estén en peligro de extinción, pero la formación superior sigue siendo una opción útil, y tenemos datos para demostrarlo.

Al contrario de lo que se comparte popularmente, y al margen de si seguir adelante con una carrera vocacional o tomar una decisión más a medio y largo plazo (a menudo, complejo cuando entramos en la universidad), las estadísticas  muestran que la educación superior no solo mejora las probabilidades de trabajo e ingresos, sino que  protege contra la precariedad y contribuye a una mejor calidad de vida.

Mayor probabilidad de empleo

Uno de los beneficios más claros de estudiar es el acceso a mejores oportunidades laborales. Los datos indican que cuanto más alto es el nivel educativo, menor es la tasa de desempleo.

En toda la Unión Europea, según Juan Luis Jiménez, doctor en Economía en la UPGC, las personas con estudios superiores tienen tasas de empleo que rondan el 80-90%, mientras que quienes solo completaron la educación obligatoria oscilan entre el 45-68%. En España, las diferencias son similares: los títulos universitarios ofrecen un 20 % más de posibilidades de empleo que aquellos que solo cursaron la ESO.

Mejores ingresos laborales

Además, la educación superior no solo ofrece mayor empleabilidad, sino que se correlaciona con mayores ingresos. (Otra cuestión, que ya hemos comentado aquí es ver cuánto tiempo necesitaremos para compensar el tiempo invertido en esta formación, y si todas las carreras o másteres lo ofrecen: algunas no).

En España, las titulados con educación superior, en promedio, ganan considerablemente más a lo largo de toda su vida laboral: no se trata de algo puntual, sino que puede rastrearse en todas las etapas profesionales. De este modo, estudiar es una inversión rentable y sólida a largo plazo.

Menor riesgo de precariedad

A su vez, hay una relación inversamente proporcional entre la educación y los niveles de pobreza. Jiménez compartía también que nada te libra del riesgo de ser pobre en España (incluso con estudios superiores hay un 10 % de probabilidades de precariedad grave). Sin embargo, este porcentaje aumenta hasta el 25 % con niveles educativos menores.

Quizá estudiar no te garantiza ser rico, pero te ayuda a prevenir ser más pobre y caer en situaciones de vulnerabilidad económica, que no es poca cosa por como está el mundo.

Mejor salud y mayor esperanza de vida

Además, aunque parezca difícil de relacionar, la propia OCDE, según datos contrastados que encajan con otros estudios, muestran que las personas con estudios superiores viven, de media, entre 2 y 10 años más que aquellas con menor formación.

En gran medida, esto se ha relacionado con acceso a mejores condiciones,  mayor conciencia sobre la salud y menos riesgos laborales, que, en global, ofrecerían una mayor esperanza.

En conclusión, si bien estudiar no asegura un éxito inmediato ni garantiza ninguna meta personal o laboral, sí aumenta las posibilidades de una vida más estable y feliz, según cabría esperar. Además, en gran medida son los padres quienes pagan la carrera (según datos de 2016, el 70 %) y el 80 % de los estudiantes vive en la casa familiar, lo que facilita esta opción.

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