Barack Hussein Obama dejará pronto de ser presidente de Estados Unidos, dando paso a la administración Trump. ¿Podemos considerar que ha hecho un buen trabajo en la Casa Blanca o ha sido malo? ¿Ha sido bueno para la economía norteamericana tener a Obama en la Casa Blanca?
La respuestas es más complicada que responder blanco o negro, porque son muchos los factores a considerar en esta historia. ¿Viven los estadounidenses considerablemente mejor que hace ocho años? Digamos que es algo más complicado de decir, pero ya anticipo mi opinión, ha dejado un país mejor que el que se encontró.
Las cifras de Obama
Empecemos por el desempleo, cuando llegó Obama millones de estadounidenses estaban perdiendo sus empleos, uno tras otro. En 2008 la crisis financiera y económica estaba en su apogeo. Lehman Brothers había formado su quiebra el quince de septiembre y no era raro encontrarse con noticias de empresas que caían en los periódicos, dejando sin empleo a sus trabajadores.
Cuando Obama entró en enero de 2009 la tasa de desempleo sería de un 7,8%, y seguiría subiendo hasta alcanzar el 10% en octubre de ese mismo año. A partir de ahí iría bajando suavemente hasta alcanzar la cifra de hoy en día, un 4,6% en noviembre de 2016. Es decir, podemos decir que en Estados Unidos hoy en día hay pleno empleo, salvo en ciertos lugares específicos en los que ya hemos hablado alguna vez.
Además los ingresos de los trabajadores han ido subiendo, tanto en términos reales como en nominales . Para que nos hagamos una idea, een el primer trimestre de 2009, los ingresos medios semanales de un trabajador eran de 732, mientras que los del tercer trimestre de 2016 se estiman en 834. Si queremos pensarlo en términos reales, si utilizamos los dólares de 1982-1984 como base, las cifras son de 345 y 347 respectivamente. El poder adquisitivo ha crecido, aunque poco.
También nos podemos fijar en el PIB, que ha aumentado desde que Obama entró al poder con la recesión. De los 14383,9 miles de millones de dólares en enero de 2009 a los 18675,3 miles de millones en julio de 2016. Es cierto que la economía se pudo considerar en recesión en 2009, pero no ha dejado de crecer desde 2010 hasta día de hoy.
Aquí acaban las cifras buenas, porque este crecimiento del empleo y de los salarios no se ha conseguido sin una emisión brutal de deuda por parte del gobierno federal, que se ha endeudado más en los ocho años de Obama que en los cien años anteriores. La deuda pública suponía alrededor del 77% del PIB per cápita en el primer trimestre de 2009, mientras que ahora que se nos va Obama supone más del 104% del PIB de Estados Unidos. Es cierto que la deuda había ido creciendo durante la administración de George W Bush, pero no al ritmo que lo ha hecho bajo Obama. Obama va a dejar un país mucho más endeudado de lo que se lo encontró y los próximos presidentes tendrán que resolver el problema.
Por último tenemos la pobreza en Estados Unidos, y es que a pesar del crecimiento económico y la disminución del desempleo, la tasa de pobreza ha sido bastante constante en los ocho años de Obama. En 2009 cuando llegó al poder, la tasa de pobreza era del 14,3% de la población, y en 2015 es del 13,5%. Eso supone que actualmente en la nación más rica de la tierra hay más de 43 millones de pobres.
Eso sí, en su defensa afirmaré que la población de Estados Unidos ha pasado de 303 a 318 millones de personas y que la tasa de pobreza fue del 15% en 2010, 2011 y 2012, por lo que podríamos hablar de que se ha reducido ligeramente en los ocho años de Obama.
Rescates, fracking, Obamacare y comercio exterior
Respecto a la política llevada a cabo por Obama me gustaría destacar cuatro aspectos que han sido llamativos, pero en la práctica han dado buenos resultados. El primero son los rescates. Durante la legislatura de Obama, este rescató a los fabricantes de automóviles quebrados General Motors y Chrysler. Chrysler acabó siendo propiedad de Fiat por un lado, mientras que General Motors acabó tomando el sobrenombre de Government Motors.
Hoy en día estos gigantes han sido reestructurados, se han deshecho de las marcas menos rentables, (estrategia seguida también por Ford) y compiten de igual a igual con los otros grandes fabricantes.
Si en 2008 estabamos hablando de la tercera crisis del petróleo, en 2014 el panorama petrolífero mundial era completamente distinto. Gracias a las técnicas de fractura hidráulica y el descubrimiento de yacimientos parecía que el panorama petrolífero mundial había cambiado y estábamos ante un nuevo mundo en el que finalizaba el petróleo caro.
Además la apuesta por energías renovables y las subvenciones a coches eléctricos (de las que se ha beneficiado Tesla principalmente, pero también otros fabricantes), han hecho que se prevea un futuro a largo plazo en el que el petróleo deje de ser tan relevante.
También habría que destacar la reforma del sistema sanitario que ha intentado poner en marcha Barack Obama. Aunque no han conseguido un sistema de salud universal, si ha incrementado el nivel de protección sanitario de muchos norteamericanos, algo bastante loable en un país que tenía un fuerte déficit en esta materia.
Por último Obama ha apostado bastante por el comercio exterior. No sólo del tratado de comercio transatlántico entre la UE y EEUU, que parece que se va a quedar en la cuerda floja después de los EEUU, sino también del tratado de comercio transpacífico que Donald Trump quiere deshacer tan pronto como entre en la Casa Blanca.
En mi opinión, el balance de Obama ha sido positivo para la economía de Estados Unidos, a pesar de lo que haya podido afirmar Trump en su campaña. Además su nivel de popularidad ha sido muy alto, no me extrañaría que si hubiera tenido la oportunidad de volver a presentarse a las elecciones hubiera ganado. Pero la limitación de los dos mandatos pesa, y Donald Trump será el próximo presidente de los Estados Unidos.
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