A estas alturas del partido y después de unos cuantos posts centrados en el culebrón Gas Natural – Endesa, todo el mundo, todos los lectores tendrán una idea más o menos clara de lo que supondrá esta operación, económica para unos y básicamente política para otros.
Tanto el Tribunal de Defensa de la Competencia, como la Comisión Nacional de la Energía, ya han emitido sus opiniones, sus valoraciones al respecto, y ahora sólo falta que el Ejecutivo presidido por Zapatero se pronuncie. Y eso es, de alguna forma, lo que hizo ayer nuestro Presidente del Gobierno arropado por protagonistas de primera línea en esta operación como el ministro José Montilla y la presidenta de la Comisión Nacional de la Energía. “Sería el único presidente del mundo que no deseara para su país tener empresas fuertes en el sector energético y que no considerara bueno para su país tener una empresa energética fuerte, como lo es tener empresas fuertes en el sector de las telecomunicaciones o la construcción”. Este fue el pronunciamiento del Sr. Zapatero.
Debo reconocer que de la lectura de varios posts que he publicado en los dos últimos meses dedicados a la opa de Gas Natural, no sería difícil concluir que estoy a favor de la operación y, por ello, esta crítica podría ser considerada poco coherente o incongruente. Nada más lejos de la realidad. En mis posts critiqué y comenté un conjunto de acciones puestas en marcha por Endesa para evitar la opa, y las critiqué como el que critica el desconsuelo por un difunto que en vida recibió pocos favores.
Y lo que critico ahora, lo que me ha llamado la atención esta mañana antes de que saliese el sol y ha motivado este post un tanto agrio, es la falta de rigor y de seriedad, la intranscendencia de unas palabras, su peligro cuando esas palabras son la opinión de un Presidente de Gobierno.
“Sería el único presidente del mundo que no deseara para su país tener empresas fuertes en el sector energético". Por supuesto, Sr. Zapatero. De eso, no le quepa la menor duda.
Vía | Expansión