He visto hace unos minutos en los informativos de Antena 3 al Sr Rosell, presidente de la CEOE, defender el plan de ajuste y apoyar explícitamente la subida del IVA que se ha anunciado esta mañana. No tengo muy claro cuáles son las empresas del Sr. Rosell ni el sector en el que opera, pero este apoyo no lo puede hacer ningún empresario con dos dedos de frente que tenga la más mínima noción del funcionamiento de su empresa y de la economía.
El IVA es un impuesto que lo paga el consumidor final, el último cliente de la cadena y las empresas sirven de meros agentes recaudadores del Estado en este impuesto en toda la cadena de valor de un producto. Por tanto, a las empresas no le afecta directamente, pero le afecta a la parte más importante de cualquier empresa, que son sus clientes. Si el “máximo representante” de los empresarios apoya una subida del IVA con cinco millones de parados, no merece presidir la CEOE por el daño que se va a provocar a la economía, a los parados y a las empresas.
A partir del 1 de agosto, la subida media de todos los productos y servicios se encarecerá por encima del 3% de un plumazo sin contar aún el impuesto sobre la contaminación que se van a sacar de la manga desde Moncloa. Transportes, energía, telecomunicaciones, alquileres, materias primas… absolutamente todas las compras de una persona, suben un 3% como mínimo. Es de libro que la caída del consumo va a hacer un boquete considerable en todas las empresas y los que estamos día día con otros empresarios, autónomos o profesionales liberales, están temblando desde las 10 de la mañana.
Sr. Rosell, la cuerda del ciudadano está tensada al máximo y si tiene que pagar más para calentar su casa, para desplazarse, para comer y para vestirse cubriendo sus necesidades básicas, su consumo va a ser de risa y su empresa, al igual que el millón de empresas restantes y los 3 millones de autónomos que hay en este país, van a vender mucho menos. Y los empresarios no necesitan una población empobrecida y en la miseria, necesitan una población que puedan vivir, que puedan gastar y ahorrar, que puedan hacer turismo y que no vivan obsesionados porque por desgracia, no llegan a final de mes.
Quizá usted sea un gran afortunado y entre su empresa y el resto de ingresos que tenga, se permita vivir holgadamente, pero cuando se dirige un colectivo, hay que apoyar los intereses de esa mayoría y hoy, lo que menos le interesa a las empresas de este país es un presidente de su patronal que actúa como palmero del presidente del Gobierno aunque le estén sirviendo cianuro en la copa con la que brinda.
Si esa es su manera de luchar por las empresas de España y por los intereses de todas ellas, por favor le pido, que no se esfuerce más en su ardua tarea de defensa a ultranza de Génova, salvo que tenga algún contrato público que le solucione la vida, por lo que entonces, todo lo dicho sobra y sí entenderemos sus motivos.
Más Información | Europa Press
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