Por primera vez en Europa, en el año 2016 una aerolínea low cost llegó a transportar más pasajeros que cualquier otro tipo de aerolínea o grupo de aerolíneas. Este es el caso de Ryanair, cuyo modelo de negocio low cost ha encandilado a muchos viajeros europeos.
Los consumidores premian a aquellos modelos de negocio que ofrece un servicio, el que sea, a un precio extremadamente competitivo, aunque ello conlleve hacer pequeños sacrificios (imputando determinados costes al cliente). Sin embargo, el low cost nos permite la universalización del transporte aéreo para que los consumidores de rentas más bajas puedan viajar.
Seguidamente, vamos a explicar cómo ha logrado Ryanair en ser la aerolínea número uno en Europa y cómo busca superar sus propios límites, siguiendo un ambicioso plan de expansión.
El triunfo del low cost en Ryanair
La actual estrategia comercial low cost de Ryanair se remonta a principios de la década de 1990, cuando su nuevo equipo directivo, incluyendo el actual director general, inició la reestructuración de las operaciones de Ryanair para convertirse en una aerolínea de bajo coste basada en el modelo operativo de bajo coste desarrollado por Southwest Airlines en los Estados Unidos.
Actualmente, las tarifas de sus vuelos son especialmente bajas pero siguen la lógica del mercado. En función de la demanda de determinados vuelos y también por referencia al período restante hasta la fecha de salida del vuelo. Por lo tanto, los precios más elevados recaen en los vuelos con un mayor nivel de demanda, y para reservas realizadas más cerca de la fecha de salida.
La otra pata del low cost se refiere a los principales gastos vinculados a la actividad de una compañía aérea. En especial, hay que mencionar aquellos que la empresa tiene capacidad de modificar directamente como son los costes vinculados al equipo aeronáutico y los costes de personal.
La estrategia principal de Ryanair para controlar los costes de adquisición de aeronaves se centra en operando un solo tipo de aeronave. Ryanair actualmente opera la "próxima generación" de Boeing 737-800s. La compra de aviones de un solo fabricante permite a Ryanair limitar los costes relacionados con la formación del personal, el mantenimiento y la compra y almacenamiento de piezas de repuesto durante el período de validez del contrato.
Ryanair está muy focalizado en la contención de los costes de mano de obra. La remuneración para el personal enfatiza incentivos salariales basados en la productividad. Estos incentivos incluyen el pago de primas de venta para las ventas a bordo de los siguientes productos para asistentes de vuelo y pagos basados en el número de horas de vuelo para sus pilotos.
El plan "Always Getting Better" de Ryanair
Ryanair tiene una política de precios extremadamente agresiva para batir a la competencia. En los últimos cuatro años ha impulsado su iniciativa “Always Getting Better” (siempre mejorando), que agrupa diferentes servicios y mejoras digitales pero lo más importante, precios cada vez más bajos.
La estrategia es simple. Ryanair busca ofrecer tarifas bajas que generen un aumento del tráfico de pasajeros, manteniendo al mismo tiempo un flujo continuo de pasajeros, enfocándose en la contención de costes y la eficiencia operativa.
Los resultados han mostrado el éxito de este plan. En el último año, consiguieron un crecimiento del tráfico de 1,5 millones de euros, al recortar las tarifas un 13% y ahorrar a los clientes más de 700 millones de euros. Se han reducido los costes unitarios en un 11%. Pero incluso, ofreciendo precios más bajos, el beneficio después de impuestos creció un 6% hasta alcanzar un nuevo récord de 1.316 millones de euros.
Para este 2018, su iniciativa pone en jaque a la competencia al prometer “el mejor precio“. De hecho, la compañía ha prometido que aquellos que encuentren una tarifa de vuelo más económica, Ryanair le reembolsará la diferencia más 5 euros en su cuenta “MyRyanair”.
Gestión óptima del combustible
El coste del combustible para aviones de Ryanair representa aproximadamente entre el 37% y el 41% del total de los gastos operativos.
Los cambios en los costes y disponibilidad del combustible afectan a los resultados de cualquier aerolínea. Los costes vinculados al combustible para aviones de reacción están sujetos a diferentes acontecimientos que se pueden producir en todo el mundo y que, obviamente, no se pueden controlar ni predecir por parte de una empresa.
Los precios del combustible para los aviones están denominados en dólares estadounidenses, por lo que toda aerolínea europea se enfrenta también no solo al riesgo de mercado sino también al riesgo del tipo de cambio.
Por lo tanto, combinaciones de subidas sustanciales de los precios, tipos de cambio adversos por la falta de disponibilidad de suministros de combustible, incluso acontecimientos como el terrorismo internacional, hostilidades prolongadas en el Oriente Medio y otros países productores de petróleo, puede afectar negativamente a los costes de las aerolíneas.
Para evitar todos esos riesgos mencionados, Ryanair gestiona diferentes acuerdos que ofrecen una protección sustancial contra las fluctuaciones de los precios del petróleo. Esta gestión se hace mediante contratos a plazo que normalmente tienden a cubrir periodos de alrededor de 18 meses de combustible para aviones de reacción.
Apretar tanto los costes puede traer malos resultados
Las aerolíneas de bajo coste son posiblemente más vulnerables a la escasez de pilotos debido a su crecimiento, que se puede poner el riesgo cuanto más grande se hace la empresa.
Normalmente, en un mercado laboral con dificultades para contratar se asumiría que unos costes de personal ligeramente más altos o la aerolínea podría reducir su crecimiento de capacidad en el medio-largo plazo.
Y aquí es donde Ryanair tuvo un problema que le costó la cancelación de 2.000 vuelos, debido a las escasez de pilotos en septiembre del año pasado.
La escasez se está haciendo sentir en un sector en el que las compañías aéreas low cost. Al volar decenas de millones de pasajeros más cada año, provoca un aumento de la capacidad europea de transporte de corta distancia de alrededor del 7%.
Tanto Norwegian como Ryanair tienen flotas de Boeing. Aprovechando esta coincidencia, Norwegian se ha dedicado a contratar pilotos senior de Ryanair (se estima unos 140 pilotos), mejorando sus condiciones laborales, lo que reduce el tiempo y los gastos de entrenamiento.