El petróleo y sobre todo la OPEP, que es unión de países que controlan su exportación, producción y distribución en todo el mundo ha demostrado durante lustros que ha sido un gran negocio, tanto que ha sido capaz de desarrollar en esos países productores otro tipo de ventajas, el dinero lo hace todo.
Es una realidad innegable que países como Bahrein han tenido un crecimiento exponencial en sus economías durante los últimos años, todo debido a los grandes ingresos que han podido obtener de la gestión de sus pozos petrolíferos; además de una reinversión de ese capital en el propio país, lo que lo ha hecho muy interesante para las inversiones extranjeras. El análisis real es que muchos de los países que cuentan con gran cantidad de petróleo y que además han sabido aprovechar bien las sinergias económicas del mismo han sido capaces de desarrollar sus economías en muchos otros aspectos.
Un ejemplo contrario a Bahrein sería México. Es uno de los mayores países exportadores de petróleo del mundo, actualmente creo que se sitúa el tercero o el cuarto, pero por culpa de su mal tratamiento en la estracción y distribución, además de que el resto de su economía no acompaña hace que la repercusión económica sea mucho menor para el conjunto del país.
No podemos olvidar que esta industria ha sido el referente económico mundial durante los últimos años, además de que ha sido capaz de influir en otros muchos mercados como las energías renovables.
Las mayores empresas públicas y privadas petrolíferas han comprado durante años todas las patentes de nuevos diseños de energías renovables; con una doble necesidad, la de no perder producción a muy corto plazo y para a largo plazo conseguir una buena situación en el nuevo mercado energético que se abrirá cuando se acabe en aproximandamente 15 años los hidrocarburos.
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