Pero no es algo nuevo en el fútbol patrio, Jesús Gil inauguró una etapa en el fútbol profesional: el del maná que llega del cielo. Se presentó a unas elecciones ofreciendo la incorporación de un crack, Paolo Futre. Y ganó. Los aficionados encantados de contar con la estrella portuguesa. ¿Su coste? El dinero lo aportaba el nuevo presidente. ¿Era una donación? No, era un préstamo sin intereses.
La mayoría de aficionados disfrutaba de las jugadas del luso y observaba como el nuevo presidente fichaba a mansalva tirando de su talonario. En esto llegó la conversión en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) y Jesús Gil se hizo con la mayoría del capital del Atlético de Madrid sin desembolsar una sola peseta.
Los pasos fueron los siguientes:
- Desde una cuenta bancaria a nombre de una de sus empresas se realizan pagos relacionados con el club pero también recibe ingresos que deberían ir dirigidos a una cuenta del club. Cuando la cuenta presenta déficit, Jesús Gil aporta recursos y cuando presenta saldos positivos elevados lo retira con destino a otras cuentas suyas.
- El club reconoce deudas por importe de 1.986.475.700 pesetas (11.938.959,41€) a favor de Jesús Gil. Esas deudas no figuran en la contabilidad ni se justifican documentalmente.
- El Consejo Superior de Deportes (CSD) fija el capital social necesario para la conversión en SAD del Atlético de Madrid asciende a 2.172.371.000 pesetas (13.056.212,66€).
- Jesús Gil trata de que se le compense la deuda de casi doce millones de euros en acciones de la nueva SAD.
- El CSD se niega al considerar que dicha deuda no está contabilizada y responde que si dicha deuda existe y se contabiliza, supondría un incremento del capital social necesario en esa cantidad. De ser así el capital necesario ascendería a casi el doble y Jesús Gil apenas se haría con la mitad del capital.
- Entonces el Atlético de Madrid cede los derechos de sus jugadores a Jesús Gil. Éste solicita préstamos para suscribir las acciones de la nueva SAD. Cuando la SAD está constituida, Jesús Gil vuelve a vender los derechos de los jugadores al Atlético de Madrid y con el dinero recibido cancela la mayor parte de los préstamos.
Una sentencia de junio de 2004 del Tribunal Supremo absuelve por prescripción el delito de apropiación indebida y extingue por fallecimiento la condena por el delito de estafa por simulación de contrato a Jesús Gil. Y falla lo siguiente:
Mantenemos la obligación de reponer la situación contable al estado anterior a la firma, cuando se reflejaba una deuda de Jesús Gil con el Club de 2.700.000.000 ptas. (16.227.326,82€), debiendo estar y pasar por esta reposición Miguel Ángel Gil Marín, por sí mismo, así como a los herederos de Jesús Gil y Gil.
El maná del fichaje de Futre todo-gratis terminó transformándose en que el Atlético entregó más de 16 millones de euros a Jesús Gil.