Alternativas a la hipoteca, el corto plazo y el largo plazo

Hoy publican en El País un artículo en el que se repasan distintas alternativas que se pueden seguir en caso de que las subidas de tipos de interés empiecen a ahogar más de la cuenta la economía familiar y que el mero "apretarse el cinturón" empiece a no ser suficiente.

Básicamente hablan de tres grandes grupos de alternativas, en las que en ambos casos está el banco de por medio. La primera, intentar renegociar el tipo de interés a la baja con el banco. Obviamente el banco nunca va a estar muy por la labor (¿por qué va a querer ganar menos dinero sin conseguir nada a cambio?). En este caso siempre podremos tener como aliado a una entidad de la competencia, ansiosa por hacerse con un préstamo que mejore sus números de activo y que puede servir para presionar a nuestra entidad. En un caso o en otro, de todas formas, habrá que tener en cuenta que una operación de este tipo siempre va a tener unos gastos, tanto si es con nuestra entidad (que en todo caso habrá que incurrir en gastos relacionados con la novación de la hipoteca: notarios, registros, asesorías...) como si es con otra entidad (donde habrá que sumar, además, los gastos de cancelación de la hipoteca actual). Los bancos pueden incluir esos gastos dentro del préstamo, pero en todo caso estaremos debiendo más dinero. La segunda tanda de alternativas tiene que ver con la fijación del tipo de interés de las hipotecas. Bien a través de una novación de la que tenemos, o de la contratación de un seguro de tipos de interés, estaremos poniendo coto a una hipotética evolución alcista de los tipos. ¿Inconvenientes? Como en todos los seguros, estaremos pagando hoy una cantidad de dinero para protegernos de una eventualidad que no sabemos si sucederá. Es decir, que de entrada pagaremos más, y si es una buena o mala decisión sólo el tiempo lo dirá (por otra parte, un banco es difícil que se pille los dedos... de hecho, muchos plantean un esquema de tipo fijo durante unos años para pasar a uno de variable más tarde, para así evitar comprometerse a largo plazo).

Finalmente, el tercer grupo de alternativas está relacionado con llegar a un acuerdo con el banco para demorar los pagos. Solicitar un periodo de carencia, ampliar el plazo de amortización del préstamo o pagar sólo intereses durante un cierto periodo de tiempo pueden ayudar a limitar el coste mensual de la hipoteca a corto plazo, pero en todos los casos será a costa de incrementarlo notablemente a futuro. Más intereses para el banco. Una solución a corto, un problema a largo.

En definitiva, todas estas alternativas tienen sus contrapartidas, bien en forma de un desembolso a corto plazo o de cargarse aún más las espaldas a futuro. Así que en todo caso debe acudirse a ellas con conocimiento de causa, sabiendo las implicaciones de las decisiones que tomemos, y asumiendo que tienen ventajas e inconvenientes y que no son soluciones mágicas.

Foto | eb0la

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