El euribor sube. Las hipotecas, por las nubes. Y las perspectivas, por mucho que diga la ministra, no especialmente halagüeñas. ¿No hay otras alternativas? Sí, las hay, aunque con cierta complejidad. Se trata de las hipotecas multidivisa: préstamos hipotecarios referenciados en moneda extranjera y vinculadas a un tipo de interés diferente del euribor.
No son productos fáciles. Primero, de entender: con una cultura financiera media que apenas da para entender lo que es un tipo de interés o cómo se calculan las cuotas de la hipoteca, la idea de jugar con tipos de interés y tipos de cambio resulta excesiva. Segundo, de encontrar: las entidades financieras no tienen ningún interés en ofrecer a sus clientes productos que sean más ventajosos para estos últimos y les den menos beneficios. Y tercero, de gestionar: no se trata únicamente de estar pendiente de la evolución del tipo de interés, sino también de cómo va evolucionando la relación entre la moneda en que esté denominado el préstamo y la moneda en que uno se gana las habichuelas. Porque con este tipo de préstamos hipotecarios, la volatilidad de las cutas es mayor. Y eso, en el largo plazo, no hace sino introducir un factor adicional de incertidumbre. Es decir, que lo que ahora puede resultar muy atractivo en comparación con un préstamo en euros y referenciado al euribor, mañana puede tornarse en lo inverso.
Yenes y francos suizos parecen ahora mismo la mejor opción. ¿Lo seguirán siendo dentro de 10 años? En todo caso, lo que está claro es que para meterse en este tipo de producto es necesario un buen nivel de cultura financiera primero para entender su funcionamiento y segundo para ser consciente de qué riesgos se asumen al contratarlo: el "me ahorro 700 euros" (como titula el artículo el diario referido) es sólo la punta del iceberg.
Vía | Cinco Días Foto | Jeff Belmonte