Quedan tres semanas para que la Princesa Letizia dé a luz al heredero de la Corona de España. La inminencia del hecho, recordada por la visita que esta noche ha hecho a la clínica Ruber Internacional a causa de unas contracciones, ha puesto en marcha la maquinaria que nos inundará en las próximas semanas a cuenta del acontecimiento y del niño. Información en la prensa seria, información en la prensa rosa, souvenirs y recuerdos, los típicos regalos de pueblos, asociaciones de empresarios, empresas individuales... todo un circo mediático y económico.
Uno de los elementos más curiosos de este montaje económico es el alquiler, por parte de particulares, de sus casas para que los equipos de televisión puedan realizar las mejores tomas del acontecimiento. En los alrededores de la clínica Ruber Internacional ya se está moviendo el mercado inmobiliario, con precios realmente atractivos: un vecino de la zona, desde cuya vivienda se tiene una vista (tampoco excesivamente privilegiada: no da a la entrada, sino a la parte trasera), ofrece ese espacio en alquiler a quien lo quiera adquirir, por la módica cifra de 4.500 euros al día, 6.000 euros por dos días o 7.500 por tres. Una buena forma de obtener un dinero extra. En casos como éste, con un acontecimiento muy localizado y con gran atención mediática, se genera un desequilibrio claro entre la oferta escasa y la demanda abundante que puede hacer que los precios se disparen.
Esta situación se da, de todas formas, en otros muchos casos. La retransmisión de las campanadas de fin de año desde la Puerta del Sol de Madrid puede ser una de las estampas más típicas, y también arroja buenos dividendos. Las bodas con tirón mediático, como la de los hijos de los Reyes o la de determinados famosos, también son susceptibles de generar este tipo de mercado, tanto por la visión que se pueda tener de la iglesia como de un hipotético desfile posterior.
Algunos de estos eventos son, por naturaleza, concretos y en gran medida imprevisibles, por lo que simplemente se trata de estar ojo avizor para captar la oportunidad que pueda servir. En otros casos, la situación puede ser previsible (por ejemplo, la Copa América a celebrar en Valencia), lo que permite tanto a ofertantes como a demandantes preparar con antelación sus estrategias de negociación. Y algunos pueden ser recurrentes, pensemos por ejemplo en la Feria del Rocío en Ayamonte (Huelva): todos los años habrá interesados en grabar las mismas imágenes en las mismas localizaciones.
En cualquier caso, cuanto mayor sea la previsibilidad del evento, y más localizaciones posibles tenga, menores serán las oportunidades de obtener un beneficio extra con nuestros hogares.
Vía | El Mundo