Por ello debemos informarnos de las alternativas que disponemos: planes de pensiones, vivienda e inversiones. Ya es un poco tarde para pedir a nuestras empresas que nos den parte del salario en alguna forma no monetaria, pero para el próximo año nos ayudarían a pagar menos.
Hay que recordar que este año ha entrado en vigor una reforma fiscal, y lo que hicimos el año pasado a lo mejor ya no vale. Por ejemplo este año hay menos deducciones por compra de vivienda habitual con financiación externa (si estamos en los dos primeros años de la hipoteca), hay posibilidad de reducir más la base imponible invirtiendo en un plan de jubilación (aunque al contrario de lo que ocurría hasta el año pasado, ya no podremos recibir el dinero ahorrado de golpe y reducirnos un 40%, para eso tendremos que elegir la renta vitalicia) y el ahorro tributa al 18% y no al tipo marginal, independientemente del plazo que haya durado.
Esto por poner unos ejemplos. Lo mejor es leerse una guía completa de lo que podemos hacer. El País ha publicado una bastante completa hace unos días en su página web. Espero que os resulte interesante.