Para el presidente de la Fed, una regulación fuerte y una supervisión orientada al control de las prácticas crediticias, debe ser la primera línea de defensa para evitar la formación de burbujas especulativas como las que ocasionaron la crisis. Una crisis que Bernanke no dudó en calificar como la mayor de la historia, pese a que hasta fines del 2008 negaba rotundamente quye existiera una crisis. Sin embargo, ahora solicitó mejoras urgentes en la supervisión financiera para "evitar en el futuro la repetición de una catástrofe similar". En un discurso ante la American Economic Association, en Atlanta, Georgia, cuyo texto se puede ver aquí, Bernanke sostuvo que los bajos tipos de interés en los primeros cinco años del nuevo milenio eran los apropiados para esas circunstancias y que no fueron ellos los responsables de la burbuja. "La burbuja fue producto de la nula supervisión a préstamos inconsistentes y declaradamente riesgosos cedidos en forma irresponsable por los bancos", expresó, para agregar:
El enorme daño económico provocado por esta crisis nos muestra lo importante que es evitar que se repita. Nuestros esfuerzos deben encaminarse a fortalecer el sistema normativo para prevenir crisis en el futuro y para amortiguar los efectos en caso de que se produjera otra.
Con estas declaraciones, Bernanke confirma una de las lecciones más claras de la crisis: los mercados no se autocorrigen a sí mismos y pensar que existe una “mano invisible” que ordena los flujos de oferta y demanda es ingenuo y absurdo. La búsqueda del interés propio de los prestamistas no contribuyó al bienestar de la sociedad sino que provocó lo que ya se conoce como la década perdida.
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